Datos serán el nuevo petróleo del futuro de la conducción automática

Por  Brian Krzanich, CEO de Intel Corporation

El mundo de hoy funciona gracias al petróleo, éste es utilizado para la calefacción y refrigeración de nuestras casas, así como para viabilizar casi todas las formas de transporte. Conducir un automóvil sin productos elaborados a base de petróleo, no permitiría llegar muy lejos. Sin petróleo, el motor del coche se recalienta, pistones y anillos se fusionan a las paredes del cilindro, surgen fisuras en el bloque del motor. Se podría decir que el petróleo es la tecnología clave que posibilita el mundo automotriz que conocemos hoy, sin embargo todo esto está a punto de cambiar.

Cuando se trata del coche del futuro y experiencias de conducción automatizada, los datos son literalmente el nuevo petróleo. Los datos tienen el poder de cambiar radicalmente la forma de pensar sobre la experiencia de conducción: como consumidores, como fabricantes de automóviles, como tecnólogos y como ciudadanos de nuestras comunidades.

De hecho, una de las tendencias más disruptiva para casi todos los sectores es la enorme cantidad de datos impulsada por la proliferación de dispositivos inteligentes y conectados.

Hoy día, creemos que vivimos en un mundo lleno de datos, actualmente, una persona genera 650MB de datos al día a través del uso de sus PCs, teléfonos móviles y accesorios personales. para 2020, las proyecciones muestran que una persona generará 1,5 GB de datos al día. Es un impresionante aumento del 200% en menos de cuatro años – pero es insignificante en comparación con lo que estamos a punto de ver en vehículos autónomos.

Un vehículo autónomo cuenta con cámaras, radares, sonares, GPS y LIDAR. Las cámaras generarán 20-60 MB/s; radares generarán más de 10 kB/s; sonares, 10-100 kB/s; GPS funcionará a 50 kB/s; y LIDAR oscilarán entre 10-70 MB/s. Con esos números, cada vehículo autónomo generará aproximadamente 4.000 GB – o 4 terabytes – de datos al día.

Con esto, el ecosistema automotriz tendrá la oportunidad de usar los datos para generar ideas, tomar medidas relativas a nuevas oportunidades de negocio y crear un mundo más seguro y menos conflictivo. Un ejemplo de ello, son los tres tipos de datos y el valor que van a crear.

El primero, son los datos técnicos o datos “inside-out”. Esos datos provienen de los sensores del coche que interpretan la diferencia entre un niño o un animal, una rama caída o un cono de tráfico y orientan las decisiones externas y los movimientos del coche. Estos consumen una increíble cantidad de potencia de cálculo, y quien tenga los mejores datos podrá desarrollar las mejores herramientas de inteligencia artificial para aprendizaje automático, algoritmos de aprendizaje profundo y análisis de datos.

Con relación al segundo, se podrá ver el surgimiento de datos sociales y de crowdsourcing o “outside-in”. Datos del mundo alrededor del vehículo, tales como los datos relacionados con el tráfico, influyen en cómo el coche va del punto A al punto B, y cómo puede cambiar de rumbo al punto C. La aplicación Waze es hoy un buen ejemplo de datos outside-in. Con estos datos, quien tenga más datos será capaz de desarrollar las mejores aplicaciones.

Por último, están los datos personales. Son datos que monitorean cuántas personas están en el coche, preferencias musicales de cada pasajero o incluso qué tiendas o marcas prefieren los pasajeros y cuando se está cerca de ellas, se exponen artículos de venta. Accesorios vestibles y otros sensores en el coche también pueden supervisar comportamiento, atención, estado emocional y biométrico para aumentar la seguridad. Quien tenga más datos personales será capaz de desarrollar y ofrecer la mejor experiencia al usuario.

Los datos serán la nueva moneda del mundo automotriz.

En este sentido, se deben convertir los datos obtenidos en un conjunto de acciones concretas para generar todo el valor a partir de ellos. Para hacer eso, es necesario contar con una solución informática completa, desde los coches hasta las redes y la nube.
Cuando se habla del futuro de la conducción, el compromiso de Intel con sus socios, la industria y la sociedad global, es acelerar la conducción automática, ofrecer soluciones completas y conducir la próxima generación de transformaciones computacionales. Gracias a su amplia e incomparable cartera de tecnologías desarrollada a través de adquisiciones e innovación, Intel puede cumplir con este compromiso.

En un futuro, el ecosistema automotriz debe abordar tres retos: el tamaño de los conjuntos de datos, el ciclo del desarrollo de inteligencia para procesar datos y la seguridad. Y para superar estos retos, fabricantes y proveedores deben lograr escalabilidad – ellos necesitan un medio para colaborar, compartir y aprender sin perder sus posiciones competitivas.

Intel Capital ha comprometido más de $250 millones en nuevas inversiones durante los próximos dos años para hacer la conducción autónoma una realidad.