Design Thinking y Producto Mínimo Viable: claves para la reinvención del negocio

Por: Eddy Silvera, Gerente General de Canal Bank

En la comunidad emprendedora, es alentador presenciar la cantidad de empresas que ya están reinventando rápidamente sus estrategias para destacarse en un mercado difícil y complejo para poder enfrentar algunos de los desafíos que enfrentan a raíz de la pandemia, el aislamiento y distanciamiento social. Sin embargo, a medida que la situación global continúa evolucionando a diario, es necesario establecer los factores claves para el éxito continuo en un nuevo mercado global en donde tanto las nuevas empresas como las empresas establecidas piensen detenidamente en su responder y moverse rápidamente en línea con el contexto en las que están operando.

La metodología del Design Thinking es una de las herramientas empresariales mejor situadas para abordar estos problemas, ya que nos permite reconfigurar y reinterpretar situaciones complejas. Durante esta época de crisis y necesidad de reinvención del negocio, los recursos empresariales siguen siendo básicamente los mismos, mientras que las relaciones han cambiado y esto significa que las estructuras establecidas no funcionan con eficacia. Esta metodología nos permite construir nuevas realidades a partir de la incertidumbre. Después de todo, en su esencia está el diseño centrado en el cliente y nunca ha habido un momento más crítico para colocar las necesidades cambiantes de los clientes en el centro de las estrategias comerciales para innovar, evolucionar y sobrevivir. Por tal razón la metodología mencionada toma mas fuerza durante estos tiempos de Covid 19.

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La metodología de Design Thinking se basa en empatizar, observar y obtener una comprensión profunda de los procesos de pensamiento de sus clientes, lo cual es especialmente importante en esta nueva realidad en la que nos encontramos. Las empresa tienen que buscar constantemente empatizar con su base de clientes, tomar  en cuenta cualquier sesgo que pueda tener sobre las soluciones que podrían funcionar mejor en el clima actual; lo que le permitirá estar mucho más cerca y mejor expuesta de desarrollar una estrategia comercial que prospere. La base del éxito es involucrar al cliente actual y potencial de la empresa en todas las fases del proceso en la elaboración, diseño y lanzamiento de un producto o un servicio al mercado.

Al evaluar las necesidades, deseos y comportamientos de sus clientes, las empresas contarán con las herramientas que necesita para comprender completamente la situación actual y descubrir el problema que está tratando de resolver. A través de esta metodología, se podrá crear una descripción clara del problema que el producto o servicio final que se busca abordar, manteniendo su enfoque en el cliente en todo momento, en lugar de los resultados comerciales deseados. Un ejemplo claro es utilizar la tecnología, el servicio puerta a puerta, la interacción virtual / digital, y el diseño de espacios de relaciones con los clientes que minimicen el riesgo de contagio y sigan los protocolos de seguridad; como herramientas para continuar e incrementar la comercialización de los productos y servicios al cliente.

Esto, combinado con: la imaginación natural y la capacidad para pensar fuera de la caja de los colaboradores de su empresa, el cuestionamiento de la norma y replanteamiento de las soluciones existentes estimulados y apoyados por los líderes de la organización; debería resultar en la creación de una plataforma de posibles soluciones e ideas a medida que avanza hacia la etapa de innovación. Con ajustes, creación rápida de prototipos y pruebas, una nueva propuesta comercial podría estar lista para el mercado muy rápidamente, lo que le permitirá ahorrar tiempo y recursos valiosos al evitar inicios desacertados y destinados al fracaso. Lo clave en esta metodología es lanzar productos con las funcionalidades mínimas que sean viables para ir probándolo en el mercado y haciendo los ajustes, desarrollo y evolución de este producto mínimo viable en el tiempo para ser exitosos particularmente en estas épocas donde la forma de relacionarse, hacer negocios, compras, consumo y la capacidad de oferta han cambiado de forma trascendental desde principios de años con la pandemia.

La invitación para las empresas existentes y nuevas para poder competir en esta nueva situación global debe basarse en los siguientes fundamentos: reconocer la incertidumbre dinámica del cambio, adaptarse rápidamente de forma excepcional a las nuevas formas de comercializar y ofrecer servicios a los clientes, adoptar la metodología de Design Thinking y Producto Mínimo Viable como plataformas de reinvención del negocio, fomentar nuevas formas de trabajo y el liderazgo compartido. Aquellas empresas que sigan estas recomendaciones tendrán mayor posibilidad de salir fortalecidas y exitosas ante esta crisis, ya que no están limitadas por las estructuras tradicionales, concretas y poco flexibles de las organizaciones que continúan utilizando las metodologías tradicionales utilizadas en las últimas décadas en al manejo de sus proyectos, productos y servicios.