Disparidad y retrasos en la innovación tecnológica de América Latina

Esta semana se publicó el Reporte Global de Tecnologías de la Información del Foro Económico Mundial. El documento analiza una serie de variables para definir un ranking a 137 países de acuerdo con su posicionamiento hacia el uso y apropiación de las nuevas tecnologías, tanto por parte de los ciudadanos, como de gobiernos y empresas.

La edición 2016 del documento –se publica desde 2001- reconoce que el mundo ingresa en la Cuarta Revolución Industrial. Las capacidades de procesamiento y almacenamiento de la información crecen exponencialmente, y el conocimiento se vuelve cada vez más accesible a un mayor número de personas. El futuro se ve con un mayor potencial para el desarrollo humano, a medida que los efectos de nuevas tecnologías como Internet de las Cosas, inteligencia artificial, impresión 3D y capacidades de cómputo se incrementan o expanden su alcance.

La velocidad de los desarrollos, disrupción en la mayoría de las industrias, su impacto en todos los sistemas de producción, administración y gobierno, son aspectos que diferencian la presente revolución industrial de las anteriores. Sin embargo, mientras que estos avances traerán beneficios, también acarrean riesgos.

De acuerdo con el Foro Económico Mundial, si los avances no se manejan de manera apropiada, desafíos como la expansión de ciber ataques, cuestiones de privacidad y los efectos de polarización de las tecnologías en el mercado laboral pueden descarrilar los beneficios.

Los países y las empresas que adopten los nuevos desarrollos, se anticipen a los retos y los manejen de manera estratégica tienen más posibilidades de prosperar.

Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) son la columna vertebral de esta revolución. Así, el futuro de países, empresas e individuos dependerá más que nunca de la adopción de las tecnologías digitales.

Puntos clave del estudio

El Reporte Global de Tecnologías de la Información del Foro Económico Mundial encuentra cuatro aspectos clave para innovar en la economía digital.

1. La revolución digital cambia la naturaleza de la innovación. Una de las características fundamentales de la revolución digital es que se nutre de un tipo diferente de la innovación, cada vez más basada en las tecnologías digitales y en los nuevos modelos de negocio que habilita. Además de hacer las herramientas tradicionales de investigación más potentes, la revolución digital permite nuevas innovaciones casi sin costos en I+D, o mínimos. Los ejemplos incluyen la digitalización de los productos existentes y los procesos de fabricación, distribución, blockchains, y “servicios gratuitos” a base de publicidad, así como la perspectiva de más “uberizizaciòn” de actividades en múltiples sectores, incluyendo el transporte, la banca, el entretenimiento y la educación.

Las medidas tradicionales para la innovación, tales como el número de patentes registradas, están recogiendo sólo una parte de la historia. En cambio, los nuevos tipos de innovación, como la innovación en modelos de negocios, parece que van a ser una parte importante de la historia de la innovación: los ejecutivos en casi 100 países informan de un aumento en la percepción del impacto de las TIC en la innovación de los modelos de negocio en comparación con el año pasado.

2. Las empresas enfrentan una presión creciente para innovar continuamente. Siete países se destacan en términos de impacto económico e innovación digital de: Finlandia, Suiza, Suecia, Israel, Singapur, los Países Bajos y los Estados Unidos. Teniendo en cuenta los diferentes elementos de la preparación tecnológica de estos siete países, se observa que se caracterizan por niveles muy altos de adopción de TIC en los negocios. Esta innovación habilitada por la tecnología da rienda suelta a nuevas presiones competitivas que requieren todavía más la innovación de firmas tecnológicas y no tecnológicas por igual.

Aunque las empresas consideran que la capacidad global de innovación se ha incrementado, una tasa de estancamiento de la adopción y uso de TIC por parte de las empresas existentes en todas las regiones sugiere que un gran número de compañìas que no están entrando en el juego lo suficientemente rápido.

3. Las empresas y los gobiernos están perdiendo frente a una población de rápido crecimiento digital. En los últimos años, la innovación digital ha sido impulsada principalmente por la demanda de los consumidores. Sin embargo, este aumento de la demanda de productos y servicios digitales se satisface por un número relativamente pequeño de empresas. Las empresas tienen que actuar ahora y adoptar las tecnologías digitales para capturar su parte de mercado en crecimiento. Un ensanchamiento de la brecha también entre el crecimiento en el uso de tecnología electrónica y de la intervención del sector público en la economía digital sugiere que el uso digital del gobierno está cada vez más por debajo de las expectativas. Los gobiernos pueden hacer más para invertir en soluciones digitales innovadoras con impacto social.

4. Una nueva economía se perfila, lo que requiere innovaciones urgentes en materia de gobierno y regulación. A medida que la nueva economía digital está tomando forma, ofrecer un marco regulatorio correcto será crucial para asegurar su sostenibilidad. Las tecnologías digitales están desatando nuevas dinámicas económicas y sociales que deben ser administradas para que la transformación digital genere ganancias de largo plazo a una base amplia de industrias y beneficios a las sociedades. Una economía digital también exige nuevos tipos de liderazgo, gobierno y comportamientos. Un ingrediente fundamental para el éxito y la sostenibilidad del sistema emergente será los marcos de gestión ágiles, que permitan a las sociedades anticipar y delinear el impacto de las tecnologías emergentes y reaccionar rápidamente a las circunstancias cambiantes.

Ranking de preparación tecnológica 2016

Los diez primeros lugares están ocupados por los mismos países de hace un año, con mínimos movimientos de posiciones. (Entre paréntesis se muestra la ubicación del año pasado)

  1. Singapur (1)
  2. Finlandia (2)
  3. Suecia (3)
  4. Noruega (5)
  5. Estados Unidos (7)
  6. Países Bajos (4)
  7. Suiza (6)
  8. Reino Unido (8)
  9. Luxemburgo (9)
  10. Japón (10)

Situación de América Latina y el Caribe

El rango de rendimiento de los países de la América Latina y el Caribe sigue siendo muy disperso entre Chile (posición 38) y Haití (137). No hubo una tendencia clara entre 2015 y 2016 en términos de rendimiento relativo. La mitad de los países mejoró su ranking y la otra mitad cayó.

Si se tiene en cuenta la puntuación del Índice de Preparación Tecnológica, la región ha avanzado desde 2012. Con el fin de fomentar las fuerzas de innovación que son clave para prosperar en el mundo digitalizado y la emergente cuarta revolución industrial, muchos gobiernos de la región necesitarán con urgencia incrementar los esfuerzos para mejorar el entorno normativo y la innovación en sus países.

Posiciones América Latina y el Caribe (Entre paréntesis se muestra la ubicación del año pasado)

  1. Chile (38)
  2. Uruguay (46)
  3. Costa Rica (49)
  4. Panamá (51)
  5. Trinidad y Tobago (70)
  6. Colombia (64)
  7. Brasil (84)
  8. México (69)
  9. Ecuador (n/a)
  10. Jamaica (82)
  11. Argentina (91)
  12. Perú (90)
  13. El Salvador (80)
  14. Honduras (100)
  15. Rep. Dominicana (95)
  16. Guyana (93)
  17. Guatemala (107)
  18. Paraguay (105)
  19. Venezuela (103)
  20. Bolivia (111)
  21. Nicaragua (128)
  22. Haití (137)