El futuro de las ciudades de la mano de los sensores

Por Rubén Beluomo, Gerente Comercial de Infor Cono Sur.

¿Quién hubiese dicho hace 10 años que pequeños sensores podrían impactar tanto a las ciudades inteligentes?

El concepto de ciudades inteligentes (smart cities) existe hace aproximadamente una década. La idea es brindar desde el Gobierno mejores servicios, más económicos y eficiente; contar con un relacionamiento más cercano con los ciudadanos y con su vida diaria. Pero esto cambiado en forma drástica con la aparición de la tecnología y del Internet de las Cosas.

Increíble pero cierto. El primer dispositivo con IoT fue una tostadora. La idea de conectar sensores a los dispositivos diarios, para recolectar y transmitir datos del estado del ítem y de la operación, se ha transformado en una herramienta extremadamente poderosa, con 8,4 mil millones de cosas conectadas en el mundo en el 2017, conforme a Gartner.

Estos números reflejan el potencial de sistemas de TI de nueva generación, para llevar el desarrollo de las ciudades inteligentes a una velocidad como nunca nadie se imaginó.

Los sistemas de IoT son versátiles y confiables para ayudar a lograr una gran cantidad de metas y objetivos municipales. Con los sensores adjuntos en casi todos los vehículos, dispositivos o equipos en los que las ciudades confían, el IoT puede lograr realizar una forma mucho más sofisticada la gestión de los activos físicos, brindando mayor confiabilidad a un costo considerablemente menor.

La tecnología puede lograr la colaboración entre los distintos departamentos o entre ciudades y gobiernos regionales con sus socios en el sector privado. Puede producir datos válidos de una cantidad de sistemas de business intelligence, incluyendo gestión de los estacionamientos, prevención de crímenes, servicios de emergencia y mantenimiento edilicio, entre otros.  Puede lograr romper los silos dentro de organizaciones grandes y complejas.

Si consideramos que las funcionalidades de hoy son sorprendentes, el futuro es increíble.

Con muchas tecnologías emergiendo en paralelo a una velocidad exponencial, las ciudades del futuro deberán contar con la capacidad de TI central para mantener múltiples sistemas sincronizados, permitiendo que nuevas oportunidades florezcan.

La evolución del software y de los dispositivos han creado masivas oportunidades nuevas para que los gobiernos optimicen el business intelligence. Los sensores recolectan información, los sistemas de gestión de planeamiento corporativo (ERP) la procesan y los sistemas de BI la interpretan. Las ciudades inteligentes del mañana podrán tomar mejores decisiones para brindar los servicios que los ciudadanos necesitan a un menor costo.

La tecnología detrás de las ciudades inteligentes será un elemento esencial también para lo que se viene: los automóviles por radar y autónomos. Los beneficios serán un tránsito mucho más seguro. A esto se suma lo que los planificadores de ciudades anuncian sobre los autos sin conductores, menor congestión en las rutas, el fin de la búsqueda de un lugar para estacionar, y el IoT emerge como una pieza clave que mantiene todo el resto en su lugar. Pero el sueño no se hará realidad si no se cuenta con infraestructura confiable y con los sistemas tecnológicos que conectan los vehículos y la infraestructura.

Ciudades Inteligentes necesitan socios inteligentes

En los EEUU el reporte de Infraestructura publicado por la Sociedad American de Ingenieros Civiles categorizó a los activos físicos con un D+, lo que explica porque sólo el seis por ciento de las ciudades con mayor población de ese país han incluido a los vehículos autónomos dentro de sus planes a largo plazo.

La situación en América Latina es aún más precaria. El mayor reto es cómo llegar desde donde estamos a dónde deberíamos estar. Las ciudades no tienen tiempo para perder, deben estirar sus pesos al máximo para lograr la transición. Los acuerdos con empresas de TI inteligentes y confiables son necesarias para lograr el éxito.

Es hora de que las comunidades pongan el IoT en el centro de sus búsquedas para alinearse y ocuparse a conseguir el soporte y los acuerdos que necesitan para lograr realizar el trabajo.