El impacto de la inteligencia artificial en la revolución digital

Por Marcelo Sukni, Gerente General SAS Chile

Hace algunos años, las películas nos mostraban avances tecnológicos futuristas que beneficiarían al mundo como lectores biométricos, autos sin conductor, pantallas táctiles o dispositivos con reconocimiento y control de voz. Sin embargo, otras producciones como “Yo, Robot”, que introdujo un gran complot de los robots para acabar con la sociedad, o “Terminator”, donde Skynet buscaba aniquilar a los seres humanos, solo mostraron, en líneas generales, aspectos negativos de la revolución digital que bien podemos extrapolar hoy en día a la pérdida o disminución de empleos.

A pesar de estas visiones tan opuestas sobre la tecnología, algunos de estos elementos, que veíamos tan distantes en el pasado, ahora están presentes en la sociedad actual. Hoy, la inteligencia artificial (IA), el Internet de las Cosas (IoT) y la robótica están transformando el mundo. Desde la llegada de la revolución digital, uno de los principales puntos de debate ha sido si la inteligencia artificial reemplazará en algún momento, y de forma definitiva, el trabajo humano, o si acaso esta tecnología tendrá un impacto positivo en los oficios que desarrollamos con nuestras propias capacidades.

Según estudios, se estima que para el año 2030, entre el 3% y 14% de los trabajadores a lo largo del mundo tendrán que cambiar el rubro en el que se desempeñan, producto de innovaciones como el Machine Learning. Parece que la gran pregunta sobre el impacto positivo o negativo de la tecnología para la economía y el futuro de las empresas tiene una respuesta innovadora al mirar su desarrollo como parte de un proceso histórico.

El desafío es ver esto como una oportunidad y no como un problema, para así aumentar la productividad todos los sentidos posibles. Ahora bien, si queremos determinar el impacto de la innovación en la economía y hablamos de inteligencia artificial y su relación con las empresas, debemos tener en cuenta la diferencia entre un negocio grande y uno pequeño.

Esto puede ayudarnos a tomar decisiones que nos enfoquen en la productividad o el ahorro de los recursos humanos, por dar un ejemplo. La reducción en el personal no siempre significará mayor eficiencia, pero puede ser compensada por medio del decrecimiento en el precio y el aumento de la demanda, a través del análisis de datos que provee la inteligencia artificial.

Muchos podrán decir que una idea innovadora es la clave del éxito, pero a pesar de que vivimos en una época de grandes y constantes cambios, no todo lo que parece ser brillante en realidad lo es. La diferencia entre un proceso innovador y producto innovador radica en que el primer aspecto aumenta la productividad y elimina empleos a través de la automatización, mientras que el segundo abre mercados y crea nuevos trabajos para entregar estos productos.

Mirada positiva a la inteligencia artificial

Debido a que la mayoría de los reportes principalmente miden la sustitución de empleos, gran parte de las personas ven la innovación con miedo. Las tecnologías siempre tendrán un doble impacto en la economía y el desarrollo de procesos: crear y destruir, lo que no significa que se deba ver la revolución digital como algo perjudicial para la humanidad.

Hay muchas áreas donde la IA puede aumentar la productividad, por ejemplo, en la manufactura de productos, así como la automatización de procesos, bajando el costo de producción y detectando formas para acortar el tiempo de operación. Mientras, permite a las personas enfocarse y apoyar en otras áreas de una compañía como el área digital, de diseño, proyectos, información, entre otros.

El dilema no es si la tecnología reemplaza a los colaboradores de una compañía, sino cómo la empresa une estos dos grandes recursos para favorecer y potenciar el negocio. Lo cierto es que, aunque queda mucho camino por recorrer en esta senda tecnología, la inteligencia artificial no es el enemigo de un puesto de trabajo, sino que viene a ser un nuevo recurso que llega para aportar e incluso mejorar aspectos del trabajo diario de los colaboradores.