¿Es posible un mundo sin bancos?

Una pregunta que ronda por la cabeza de millones de personas ya no es utópica sino que lo estamos viendo cada vez más cerca de nuestro futuro. ¿Pero es esto realmente posible?

Como nunca antes, su papel está amenazado por las nuevas tecnologías, los mercados de capitales e incluso el sector público. Las fantásticas plataformas fintech están afectando su negocio. Los capitalistas de riesgo están ganando importancia a expensas de los prestamistas tradicionales. Y los bancos centrales los están amenazando con la desintermediación más sorprendente de todas: la evolución de las monedas digitales respaldadas por el gobierno. De las grandes economías, China es la más avanzada en la digitalización tanto del sector financiero como de la banca central.

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Poder vivir sin bancos depende también de en que país vives. Noruega, Suecia o Dinamarca, donde algunos establecimientos no aceptan efectivo, muchas voces ya vaticinan que vamos camino de la extinción de los billetes y monedas palpables.

España posee una tasa de bancarización cercana al 100%, -mientras que en Latinoamérica o África la población con cuenta corriente no alcanza el 70%– que dificulta la posibilidad de prescindir de las entidades bancarias, puesto que la mayor parte de prácticas cotidianas se han adaptado a su dependencia de los bancos.

Según el último informe Global Findex, del Banco Mundial -que analiza la penetración financiera-, en Uruguay únicamente entre el 16% y el 30% de los ciudadanos posee una cuenta bancaria, mientras que en en varios estados en desarrollo o en las zonas rurales de muchos países africanos la alternativa es el pago a través del teléfono móvil, un sistema que cala mucho más hondo que el de las tarjetas. 

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Lo cierto es que la banca lleva tiempo invirtiendo en impulsar la digitalización e innovación de sus servicios. Gracias a esta firme apuesta, la banca española lidera la digitalización financiera en Europa. De hecho, según el estudio Digital Banking Maturity 2020 elaborado por Monitor Deloitte, la banca española es la segunda mejor digitalizada del mundo, tan solo por detrás de Turquía.

Por otra parte, las fintech han penetrado en el ecosistema empresarial con fuerza ofreciendo soluciones alternativas –o complementarias– a las entidades bancarias tradicionales, que se caracterizan por aunar finanzas y tecnología para hacer más sencilla la vida de los usuarios, abriendo amplias posibilidades en torno a terrenos como la banca digital, los créditos online, el cambio de divisas a través de la red o los crecientes pagos móviles.

El propio secretario general del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, José María Mollinedo, afirmó en declaraciones al diario el País, que “es difícil, pero no imposible, vivir sin bancos”.