Estados Unidos acusa a China por el hackeo a Marriott

Los servicios de seguridad de Estados Unidos barajan la hipótesis de que el asalto masivo a las bases de datos del grupo hotelero Marriott International tenga su origen en China. La investigación de la intrusión está aún en una fase preliminar, pero las primeras pistas apuntan en esa dirección justo cuando Washington se dispone a anunciar acciones contra Pekín por espionaje económico y otro tipo de violaciones comerciales.

La información personal de 500 millones de clientes quedó expuesta, en uno de los mayores ataques sufridos por una corporación hasta la fecha. De acuerdo con la información revelada por varios medios, los hackers trabajaban para los servicios de inteligencia del Gobierno chino. Las técnicas y las herramientas utilizadas son muy similares a las de otros asaltos atribuidos en el pasado a la misma fuente.

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El acceso no permitido al sistema de reservas de Starwood se hizo público hace dos semanas. Pero la brecha de seguridad fue detectada en septiembre con una herramienta interna. Llevó a la compañía varias semanas rastrear sus bases de datos y determinar el alcance del asalto informático. Los piratas informáticos penetraron por primera vez en los servidores de la compañía en 2014, dos años antes de integrarse en Marriott.

En la mayoría de los casos, la información personal que quedó expuesta se refería a los nombres de los clientes que pernoctaron en sus hoteles, direcciones, número de teléfono, correos electrónicos, números de pasaportes e itinerarios de viajes. Los hackers también pudieron robar de los sistemas datos relacionados con las tarjetas de crédito, aunque este tipo de información suele estar encriptada y se hace muy difícil que pudieran explotarla.

Si finalmente se confirman estas hipótesis, el incidente podría complicar aún más relación entre Estados Unidos y China. El asalto al sistema de reserva de Starwood empezó el mismo año en el que fue atacada la base de datos de la Oficina de Gestión del Personal, que expuso la información de millones de empleados públicos de Estados Unidos. Para evitar sanciones, el presidente Xi Jinping firmó hace tres años un pacto con el demócrata Barack Obama por el que se comprometía a no robar secretos comerciales para ayudar a sus empresas.