Estrepitoso desplome de Uber en el segundo trimestre

Uber ha presentado los resultados financieros del último trimestre, el de la pandemia y los confinamiento. La situación sanitaria mundial ha tenido un impacto sin precedentes en los números de la compañía que, pese al aumento de su servicio de delivery en el mismo plazo, poniendo fin a un década de relativo crecimiento de su negocio principal sin beneficios.

En este sentido, la compañía ha reportado unos ingresos de 2200 millones dólares durante el segundo trimestre de 2020, una cifra que representa una caída del 29% en el comparativo anual para mismo período. Y es que las restriciones por el Covid han supuesto que la demanda de sus servicio de transporte haya caído en picado, y solo se ha recuperado levemente, dentro de sus grandes mercados, en ciudades como Hong Kong.

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Lo mismo con la división de Mobility, de patinetes y scooters, que se ha desplomado un 67% a 790 millones de dólares en ingresos. La otra cara de la moneda es su servicio de delivery, cuyos ingresos, que ya estaban creciendo antes de la pandemia, aumentaron un 103% durante el trimestre, y han pasado a convertirse, dado los números actuales, en el principal core de negocio de la compañía.

Uber se une a las paradas de taxis

La crisis de coronavirus en América Latina está forzando a Uber a adoptar el modelo de taxi al que se suponía debía desplazar de las calles de las ciudades desde Santiago hasta Medellín.

La vuelta en “U” de Uber en la región ha recibido impulso de las restricciones regulatorias vinculadas a la actual pandemia en países como Chile y Colombia, donde el servicio de transporte sobre el que ha construido su nombre sigue sin ser reglamentado.

El rival chino del emprendimiento nacido en San Francisco, Didi, que ha hecho grandes avances en los últimos años en la región, tiene una ventaja trabajando con los taxistas latinoamericanos y ha estado implementando medidas de salud como barreras plásticas para mantener a su clientela.

Uber ha respondido compitiendo para unirse a las filas de taxis de América Latina, anunciando un servicio en Chile en junio, después de que los confinamientos detuvieran a sus conductores allí, así como planes para lanzar taxis en Sao Paulo, el centro financiero de Brasil.