Google y Qualcomm se unen para potenciar el desarrollo de IoT

La situación financiera de Qualcomm es alarmante. Sabe que sólo apostando a IoT podría asegurar su futuro como empresa líder de tecnología y tiene un papel clave en AllSeen Alliance, uno de los consorcios de empresas de Internet de las Cosas que busca un estándar común. Y acaba de anunciar una alianza con Google, que dirige The Thread Group, un grupo de compañías IT que compite con Allseen.

Si bien puede resultar sorprendente que dos empresas que lideran dos consorcios rivales, la movida tiene bastante sentido. La aparición de cinco o más grupos de empresas no redundó en la búsqueda de un estándar común que finalmente potencie a IoT, sino todo lo contrario: son esfuerzos aislados, con apuestas cautelosas por el temor de ser compatible con otras tecnologías, las actuales y las futuras. En definitiva, el desarrollo de IoT a gran escala parece atascado.

Cisco, principal evangelizador de esta tendencia, predice que el mercado de Internet de las cosas moverá 25.000 millones de dólares durante 2015, una cifra que se duplicará para 2020, por lo que las grandes tecnologías ven una gran oportunidad. The Thread Group está enfocado principalemente en equipos de bajo consumo energético para casas inteligentes, mientras que AllSeen pretende abarcar tanto el mercado hogareño como el industrial. Quizás el entendimiento de ambas partes redude al menos en un estándar común aplicable a las smarthome.

Igualmente, Google ya arrancó su carrera para dominar IoT: además de adquirir la empresa Nest, dedicada a la fabricación de termostatos y cámaras de vigilancia para hogares; realizó dos anuncios de software importantes para IoT durante su conferencia anual I/O: su entorno de desarrollo Brillo y su protocolo de comunicación Wave, ambos con carácter abierto, para que la comunidad colabore en el despliegue de la interconexión de objetos. Por su parte, Qualcomm puede ofrecer su expertise en la creación de procesadores y chips de comunicación que requieran poca energía.

Lo cierto es que la concentración del mercado en términos de los protocolos de comunicación de IoT, para lograr un estándar definitivo y propiciar la adopción masiva de equipos IoT, podría ser más saludable que una Torre de Babel que provoque una multiplicidad de equipos incompatibles entre sí. Y el tiempo se agota: Apple no demorará demasiado en generar su propio ecosistema IoT y, probablemente, logre una hegemonía difícil de moderar, tal como lo está haciendo con su exitoso Apple Watch.