La salud que viene: en el camino a la inmortalidad

El futuro de la salud, así como los desafíos y las oportunidades que surgen en este ámbito de la mano de tecnologías como el big data, la inteligencia artificial, ha sido uno de los temas abordados en la segunda jornada del Digital Enterprise Show (DES). En este sentido, se ha señalado la necesidad de apostar por una digitalización real y plena del sistema nacional de salud y cómo el análisis masivo de datos ahorrará enfermedades al usuario y gastos al sector.

“El hospital es uno de los lugares más peligrosos donde una persona puede estar” hasta el punto de que “en 2050 morirá más gente por la resistencia a las bacterias que por el cáncer”. Por eso, la principal labor de la medicina de aquí en adelante, será evitar que el paciente pase por la consulta y por un ingreso. Son palabras de José Pedro Almeida, responsable de Big Data Analytics y Machine Learning del Hospital de Sao Joao. Ha criticado que los médicos aún “tratan a los pacientes como lo hacían hace 20 años” y cree que el objetivo pendiente es ir hacia una medicina capaz de transformar los millones de datos que genera un hospital en servicio mejor y más eficiente al paciente. De hecho, en su opinión, el uso de los datos puede prever el 30% de los ingresos en la UCI “y eso se traduce en salvar muchas vidas y en el ahorro de mucho dinero”.

Pero junto al big data ha señalado a la inteligencia artificial como la otra gran aliada de la salud del futuro. Pueden ayudar a un mejor tratamiento de la cantidad ingente de datos que se viene con la secuenciación, cada vez más asequible económica y logísticamente, del genoma humano. Sin embargo, ha concluido Almeida, el problema es que los humanos aún tratan de dar a las máquinas normas de funcionamiento que las limitan, cuando “son capaces de aprender por sí mismas”. De ahí que también se haya preguntado “por qué no aplicamos también el deep learning para salvar la vida de los pacientes”.

La digitalización pendiente del sistema de salud 

Otra de las ideas expuestas a lo largo de esta jornada es cómo “la digitalización nos ayudará a tener un mejor sistema de salud”. Javier Colás, presidente de Additum Blockchain ha defendido que “la salud no se ha digitalizado todavía. El hecho de que tengamos unas aplicaciones en el móvil para monitorizar ciertos datos y ayudar a prevenir algunas dolencias no significa que se haya digitalizado la salud”.

medicina digital

En su opinión, una apuesta decidida por la digitalización y las tecnologías redundará en un sistema sanitario más eficiente, basado en la prevención gracias a los análisis de datos obtenidos en estudios genéticos, y que también será capaz de subsanar otro problema actual: que “en todos los procesos sanitarios hay espacios en blanco que no cubre nadie”. Colás se ha referido, por ejemplo, a la desconexión existente entre hospitales y ha alertado de que el gasto ya no crecerá a ritmo de dobles dígitos como antes de la crisis.

El sistema sanitario debe ser eficiente y si no hacemos algo, no tendremos más que unas cuantas apps que no lo harán más sostenible”. Por eso, ha apostado por pedir calidad en vez de cantidad e impulsar “una revolución digital que modernice los sistemas de gestión de los hospitales y que a su vez motive a los pacientes para que estos generen valor”. La sociedad, ha concluido, es la más interesada en que se impulse la digitalización de la sanidad ya que hoy, en España, “es más importante el código postal que el código genético para ser bien atendido”.

La inmortalidad como reto (no) imposible 

Mucho más lejos en sus afirmaciones y pretensiones ha llegado José Luis Cordeiro, director Millennium Project y autor del libro La muerte de la muerte. Ha vaticinado que en torno al año 2045 habrá ordenadores con la misma capacidad del ser humano y que “la inteligencia artificial ganará Premios Nobel”. También se ha mostrado convencido de que “la medicina será arrasada por las tecnologías” hasta el punto de que “ser inmortal siempre ha sido el sueño de la humanidad, pero ahora sí tenemos la tecnología para lograrlo”. Todo gracias a la secuenciación del genoma, que en unos 20 años costará 10 dólares y, en sólo un minuto, “permitirá conocer la probabilidad de sufrir enfermedades como cáncer o alzheimer”. Con la genómica y las tecnologías, ha finalizado, muchas dolencias pasarán a ser “un problema informático, pero los médicos no lo ven”.