Las contradicciones de Mark Zuckerberg

En lo que en apariencia luce como un acto democratizador que busca establecer un control mucho más consensuado de las decisiones que se toman al interior de Facebook, la red social publicó en su página de noticias una carta estatutaria que establece la creación de un Comité de Vigilancia independiente, cuya misión será la de revisar y dirimir las problemáticas que pudieran surgir a partir de la aplicación unilateral de las políticas de la empresa.

El objetivo principal de esta iniciativa es contradictorio a los objetivos primerios de Mark Zuckerberg, el CEO y fundador de la compañía, prueba de ello es la carta que publicó paralelamente y que se titula “El compromiso de Facebook con el Comité de Vigilancia”.

“Facebook se creó para darle voz a la gente. La libertad de expresión es fundamental para nosotros como compañía, así como lo es para una sociedad libre, inclusiva y democrática”, señala Zuckerberg en la misiva, que también se publicó en la página de noticias de la empresa. “Creemos que entre más gente tenga el poder de poder expresarse a sí misma, habrá mucho más progreso en nuestra sociedad para desarrollar en conjunto. Por lo tanto, queremos asegurarnos que nuestros productos y políticas sean consecuentes con esto”.

De acuerdo a la carta estatutaria, el Comité de Vigilancia estaría conformado por entre 11 y 40 personas que recibirían una paga de un fondo establecido por Facebook, y si bien entrarían en funciones a partir de 2020, se espera que el grupo quede conformado antes de que termine el presente año.

En un comunicado aparte publicado por la compañía, se deja saber que la creación de este comité ha sido idea de Zuckerberg, quien habría escrito por primera vez acerca de ello en noviembre pasado, cuando puso de manifiesto su visión en torno a cómo debían regirse los contenidos en la red social. A partir de ese momento, un equipo al interior de la compañía comenzó a trabajar en este idea, que ha contado con la retroalimentación de gente alrededor de todo el mundo.

Dado el férreo control que ha mantenido Mark Zuckerberg desde los inicios de la compañía, el Comité de Vigilancia bien podría arrebatarle la última palabra en relación a ciertas decisiones controvertidas, lo que resulta cuando menos extraño es que el propio Zuckerberg parace curarse en salud cuando asegura: “La decisión del Comité será inapelable, incluso si yo o alguien más en Facebook no está de acuerdo con ella”.

La selección de los miembros del comité será realizada por la propia empresa, y una vez que se cuente con un número mínimo de integrantes, estos trabajarán con la junta de directores en la selección de los miembros subsecuentes. Todo luce muy bien, en apariencia, pero lo cierto es que Facebook no deja de tener control sobre tales decisiones.

La forma en que trabajará el comité será a partir de casos referidos por los usuarios que, invariablemente, deberán ser significativos y difíciles, entendiéndose con ello que su impacto tiene trascendencia global. A partir de ello, el comité seleccionará aquellos casos “significativos y difíciles”, realizará un investigación al respecto y emitirá sus conclusiones que deberán ser adoptadas y implementadas por Facebook.

Dados los escándalos en los que se ha visto inmiscuido Facebook en los últimos tiempos, la idea del Comité de Vigilancia parece ser un gran avance en las políticas públicas de la compañía, pero aún falta por ver qué tan efectiva y verdaderamente democrática será su implementación.