Los líderes se preparan para un Davos que los pondrá contra las cuerdas por su inoperancia

En enero del 2020, el Foro Económico Mundial convocará a las empresas para plantear sus ambiciones por la acción climática en la Asamblea Anual en Davos-Klosters bajo la temática “Stakeholders por un Mundo Unido y Sostenible”. La 50º edición de la asamblea reunirá a 3000 participantes de alrededor de todo el mundo. Y es el cuarto año que se compromete a la neutralidad climática.

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Los riesgos que plantean el cambio climático y la destrucción del medio ambiente encabezan las preocupaciones de los responsables de la toma de decisiones a nivel mundial mientras empiezan los preparativos para la reunión de la élite mundial en el centro turístico suizo de Davos, según una encuesta anual.

El tema surge por primera en el informe que elabora el grupo de expertos que dirige el Foro de Davos, en el que las cinco principales preocupaciones están todas relacionadas con cuestiones medioambientales: desde el clima extremo hasta la pérdida de biodiversidad, pasando por acontecimientos imprevistos como los derrames de petróleo o la contaminación radiactiva.

El panel de más de 750 expertos y responsables de la toma de decisiones encuestados también mencionó que esto se produce en un momento en que las guerras comerciales y el auge del nacionalismo en todo el mundo complican que los países trabajen juntos en la búsqueda de soluciones.

“El panorama político está polarizado, el nivel del mar está subiendo y los incendios por el clima están activos”, dijo Borge Brende, presidente del Foro Económico Mundial (FEM), instando a una mayor acción colectiva.

“Es el año en que los dirigentes mundiales deben trabajar con todos los actores de la sociedad para reparar y recuperar nuestros sistemas de cooperación, y no solo a corto plazo sino para hacer frente a los riesgos profundamente arraigados”, subraya.

El Davos de este año, que se celebra la semana próxima, ha elegido la sostenibilidad como tema principal y llega cuando activistas como Greta Thunberg aumentan la presión sobre las empresas y los gobiernos para que actúen frente al cambio climático y otras amenazas medioambientales.

Al mismo tiempo, las principales economías se están quedando atrás en cuanto a los compromisos para reducir las emisiones de dióxido de carbono pactados en el Acuerdo de París de 2015 y los activistas siguen mostrando cautela ante las promesas vacías, señalando a las enormes subvenciones y fondos privados que todavía se destinan a los combustibles fósiles.

Se espera la asistencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aunque otros líderes mundiales no acudirán al Foro de Davos este año. El nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, ha dicho a sus ministros que eviten un evento considerado por muchos como elitista, según una fuente de su gabinete.

Solo para 2020, la preocupación deriva sobre todo de la confrontación entre el poder económico y la polarización de las fuerzas políticas.

Los organizadores de Davos interrogaron en septiembre y en octubre a 750 dirigentes de empresa y expertos que van a encontrarse en los Alpes suizos entre el 21 y el 24 de enero para el gran encuentro anual del mundo económico y político.

Esta cita será, si cabe, más importante tras el pobre resultado de la última conferencia del clima de Naciones Unidas, la COP25 que se celebró en Madrid en diciembre, y que se quedó lejos de un gran compromiso para responder a la crisis climática.

Sin embargo, la presión sigue siendo fuerte para que empresas y consumidores demuestren su voluntad de actuar, dice John Drzik, presidente de la firma de asesoría Marsh and McLennan Insights.

“Los avances científicos significan que los riesgos climáticos pueden ser definidos con mayor precisión y ser incorporados a la gestión de riesgos y a los proyectos de empresas”, explica.

Sin contar con que, según él, acontecimientos extremos, como los incendios en Australia y en California, obligan a las empresas a tener en cuenta el riesgo climático, como lo hacen con el incremento de las tensiones geopolíticas o la amenaza de los ataques informáticos.

Un Davos neutro en emisiones

En un intento por adelantarse a las críticas de que sus invitados de alto perfil son parte del problema, el FEM dijo que el evento de este año sería neutro en CO2 a través de compensaciones, al tiempo que pondría más coches eléctricos a disposición de los visitantes y ofrecería comida local y alternativas proteicas no cárnicas.

La preocupación por el medio ambiente ha ido subiendo en los últimos años en Davos en la lista de los riesgos percibidos a largo plazo, un marcado cambio con respecto a hace una década, cuando las mayores economías de Occidente se vieron abocadas a la recesión por la crisis financiera.

Entonces el mayor riesgo percibido era el derrumbe en los precios de los activos, mientras que la desigualdad fue la principal preocupación de 2012 a 2014. La inmigración tuvo un gran protagonismo en la encuesta de 2016, cuando cientos de miles de inmigrantes llegaron a Europa huyendo de la guerra y la pobreza en Oriente Medio y África.

En su metodología para la encuesta, el FEM dijo que un “riesgo global” se define como el que puede causar un daño importante a varios países o industrias en los próximos 10 años.