Países de la región mejorarían su calificación en un corto plazo

(Latinoamérica) En un momento en que el ciclo crediticio en América Latina se encuentra en auge debido en parte a su crecimiento económico y su estabilidad política, varios países de la región están en vías de tener una mejora en sus calificaciones en el corto plazo según estipulaciones de la calificadora Fitch Ratings.

Algunos de los países que cuentan con una perspectiva positiva son Brasil, Colombia, Perú y Uruguay, incluso Chile, que este mes recibió una señal temprana al obtener una mejora de su clasificación al lograr un A+.

El panorama de Brasil creció sobre la nota BBB- en junio del 2010. En este caso se está siguiendo de cerca al nuevo Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff. "La agencia vería como positivo en general un manejo sólido de la economía que permita un crecimiento saludable y bien balanceado, y una mejoría adicional en la posición fiscal general", comenta Fitch en su informe.

En Colombia, se está evaluando el efecto del aumento en la producción petrolera y minera en las cuentas fiscales y externas del país. Las reformas que fortalecen el marco de sus políticas fiscales también serían positivas para su nota BB+, en perspectiva positiva desde octubre del 2010.

Mientras que en Perú, la economía se ha comportado por encima de las expectativas desde que Fitch revisó a positivo su panorama de la calificación BBB- en junio del año pasado. "La impresionante recuperación económica del país y la disciplinada política macroeconómica del Gobierno deberían contribuir a una mejora adicional de los indicadores de cuentas fiscales y externas", sostiene el informe.

Respecto a las cuestiones que permiten esta visión son el continuo crecimiento en la mayor parte de la región, del que se espera un incremento del 4,1% para este año. Igualmente, aún no está definido cuál de ellos (o incluso si algunos más) recibiría una mejora en su calificación este año.

Esto dependería también de ciertos factores, como por ejemplo los provenientes del exterior, entre los que se incluyen un posible debilitamiento en la demanda externa de Estados Unidos y China. La misma influencia podría tener la crisis de deuda europea, que podría reducir los flujos de capital a la región.