Qualcomm compra NXP Semiconductors por US$ 39.000 millones

Casi un mes después que comenzaran a circular las versiones, Qualcomm llegó a un acuerdo para comprar NXP Semiconductors por US$ 39.000 millones. La operación llega a los US$ 47.000 millones si se incluye la deuda de la compañía adquirida.

El mercado de fabricantes continúa su concentración. Desde principio del año pasado se han anunciado ofertas de fusiones o adquisiciones por US$ 200.000 millones. El proceso de consolidación busca, básicamente, reducir costos y ganar mayores eficiencias. A medida que avanza la miniaturización de los chips, aumenta el costo de desarrollo interno de productos. La adquisición de productos establecidos permite a las empresas ampliar su cartera sin perder dinero tratando de diseñar chips que no se vuelvan exitosos.

Con la compra, Qualcomm quiere pisar fuerte en el mercado de chips para autos conectados, ya que NXP juega un papel importante en la evolución de la industria automotriz: el año pasado la compañía adquirió Freescale Semiconductor por US$ 12.000 millones.

El acuerdo dará una nueva forma a Qualcomm, empujando a la empresa al proceso de fabricación de chips y la ampliación de su línea de productos, más allá de los dispositivos móviles. Mientras Qualcomm obtiene la mayor parte de sus ingresos de diseño y venta de chips, la empresa recibe más de la mitad de sus ganancias por licencias de sus patentes inalámbricas recibidas por casi todos los fabricantes de smartphones.

NXP posee siete fábricas en cinco países. Además de esas instalaciones, opera otras siete plantas donde se realizan pruebas y empacan los chips antes de venderlos.

Qualcomm fue pionera en lo que la industria de los semiconductores llama el modelo de negocio “sin fábrica”. Sus chips son fabricados mayormente por Taiwan Semiconductor Manufacturing y otras empresas que desarrollan productos a medida para los diseñadores de chips.

El modelo sin fábrica permite a los diseñadores de chips evitar el costo de operación y la construcción de fábricas de avanzada, que pueden costar más de US 10.000 millones para las instalaciones que pueden crear los chips más avanzados.

Analistas de la industria coinciden en que las fábricas requieren un conjunto diferente de capacidades de gestión que sólo el diseño de los chips. Entre ellos se incluyen el seguimiento del rendimiento de los equipos de fabricación, la supervisión de una cadena de suministro de materiales y la gestión de los trabajadores de producción.

Además, según los analistas, NXP tiene fábricas antiguas que no puedan adaptarse con facilidad para hacer los chips de Qualcomm. La compañía heredó las operaciones que se iniciaron hace más de 60 años como parte del gigante holandés Philips y Motorola, que escindió su negocio de chips para crear Freescale.

NXP también tiene una posición líder en chips para las comunicaciones de campo cercano (NFC), una tecnología inalámbrica de corto alcance utilizada para aplicaciones tales como completar pagos mediante teléfonos inteligentes y desbloquear las puertas del vehículo.

La compra, sujeta a las aprobaciones regulatorias y otras condiciones de cierre, se espera que se cierre a finales de 2017. NXP tiene cerca de 45.000 empleados, de acuerdo a documentos públicos, sustancialmente más que el Qualcomm, que reportó 33.000 en su más reciente informe anual.