Se satura el crecimiento de ADSL en Latinoamérica

(Latinoamérica) Según Signals Telecom Consulting, las tasas de crecimiento de la tecnología xDSLestá llegando a un punto de saturación en los principales mercados de Latinoamérica. De hecho, la curva de crecimiento se aplana en las principales plazas a medida que las conexiones de banda ancha alcanzan maryor eficiencia.

Es que las líneas de telefonía fija padecen la sustitución de los accesos móviles y cada vez son menos los mercados que muestran crecimiento en el número de accesos telefónicos fijos o, en el mejor de los casos, planos. Las excepciones, como Brasil, se explican por las obligaciones de cobertura que impone el regulador.

Una de las alternativas que habían encontrado los incumbentes para cambiar el signo de la curva de ingresos de voz y dar nuevo impulso a su infraestructura, fue la incorporación de servicios de banda ancha con tecnología ADSL, en su gran mayoría.

Sin embargo, las líneas fijas de banda ancha también comenzaron a sufrir el acoso de las conexiones móviles y las nuevas tecnologías inalámbricas. En el primer caso, los accesos de banda ancha móvil 3G se pensaron en un inicio como un complemento para tener conectividad más allá del hogar y la oficina.

La evolución de estas redes y la masificación del servicio lo van convirtiendo poco a poco en una alternativa, sobre todo en las generaciones más jóvenes. La irrupción de LTE acentuará la tendencia, teniendo en cuenta que operadores como Sky en Brasil ofrecen el servicio en modalidad fija.

Durante la década pasada, la región vivió una explosión en el crecimiento de accesos de banda ancha bajo ADSL. Sin embargo, este crecimiento comienza a menguar. Si bien el ADSL ha sido una opción muy exitosa, encuentra limitaciones técnicas para proporcionar anchos de banda cada vez más altos, ya sea para seguir las ofertas de los CATV o bien, intrínsecamente, para dar soporte a prestaciones de nueva generación que requieren de mayor conectividad.

A su vez, la presión competitiva de los operadores los obliga a incrementar anchos de banda sin modificar precios para saciar el apetito de consumidores que utilizan aplicaciones cada vez más pesadas, como los OTT de video.