Una app midió la contaminación electromagnética en la ciudad de Mercedes

Un estudio de campo para la Universidad de Guadalajara (México) realiza un mapa de la contaminación electromagnética en Mercedes, provincia de Buenos Aires, Argentina .

Un móvil recorrió distintas zonas de la ciudad, midiendo el nivel de radiofrecuencias en el ambiente con una tecnología de la empresa finlandesa Cellraid. El estudio fue impulsado por Claudio Guevara, vecino de la ciudad de Mercedes, como parte de su investigación del doctorado en el Centro Universitario de la Costa (UdG) de Puerto Vallarta.

“Estas mediciones ya se han realizado en Puerto Vallarta, y se escogió hacer un cotejo con la ciudad de Mercedes porque es un terreno que ya hemos explorado, y conocemos la ubicación de los principales dispositivos”, explica Guevara. “Lo que hallamos en Vallarta se verifica también en Mercedes: dada la cantidad de dispositivos emisores, y la complejidad del ambiente creado por las radiaciones, hay focos de alta concentración de radiofrecuencias en lugares inesperados, a veces muy alejados de las antenas. Los lugares que más sufren a veces están a 1000 metros del mástil, donde el haz principal toca el suelo, rebota y sigue. O en lugares altos, como edificios de propiedad horizontal. Es una ingenuidad que, pensar que por no tener el mástil cerca, estamos seguros”.

La tecnología que usó Guevara es el  Quanta Pro, de Cellraid, diseñada para que las operadoras monitoreen el estado de su red, y genera gráficos donde se detalla en microwatts por metro cuadrado la densidad de potencia registrada en cada punto para la operadora.

“Estas mediciones –aclara Guevara- no incluyen otras radiofrecuencias que también están presentes en el ambiente, como señales de radio y televisión, ni campos de baja frecuencia, como los producidos por líneas de alta y media tensión. Es un recorte por operadora, y limitado a señales de móviles y wi fi. La novedad es que también incluye las emisiones del celular, que con los teléfonos inteligentes se ha convertido en la principal fuente de radiación personal para los usuarios”.

“En general, lo que tenemos que asumir es que, en Vallarta o en Mercedes, así como en la mayor parte del mundo, el total de la población urbana está intensamente irradiada. Por eso, no hay grupos de control para estudiar la afectación individual”.

“En Argentina no hay normativas claras al respecto. Por otro lado, los estándares internacionales varían mucho según los países y los organismos, y su nivel de tolerancia al riesgo. Lo que sí es claro es que en casi todas las zonas tenemos niveles biológicamente activos, es decir, suficientes para afectar la salud y la conducta”.

Hace unos años, en un estudio previo para la Universidad Veracruzana, Claudio Guevara realizó una encuesta en torno a mástiles de telefonía, que arrojó que un 40 por ciento de la población del lugar padecía enfermedades vinculadas a la exposición a campos electromagnéticos. “El trabajo fue impactante y lo publicaron distintos medios especializados. Pero hoy lo considero un estudio ingenuo. En ese momento, nos preguntamos qué hallaríamos si encuestábamos toda la ciudad en lugar de sólo un sector en torno a las antenas. Lo que sabemos hoy nos puede anticipar algunas respuestas”, concluye.