Videovigilancia: La educación depende de ambientes seguros

El ambiente en las escuelas es tan importante para el aprendizaje como la metodología y un profesorado eficiente. Pero algunos países sudamericanos tienen una barrera entre los estudiantes y el conocimiento. Datos oficiales revelan que entre un 10% y un 12% de los estudiantes de 622 instituciones colombianas sufren algún tipo de acoso. 

Los episodios de bullying denunciados ante la Justicia y los Ministerios de Educación de Argentina aumentaron hasta un 45 % este año, práctica que victimiza a un promedio de 30 niños al día en Perú. En Venezuela, el principal problema en las escuelas y liceos es el robo dentro de las instalaciones con un 85%, según una encuesta de la Revista Pedagógica Percepciones. Y los docentes también son afectados: una encuesta del Ministerio del Interior en Chile arrojó que casi 12% de los profesores han sido agredidos de manera física o verbal en su trabajo.

Es evidente que la solución encierra una variedad de factores, pero la tecnología tiene mucho que aportar en la mejora de esta situación de inseguridad. A través de sistemas avanzados de videovigilancia, es posible inhibir la violencia, los delitos y las actitudes irrespetuosas y promover investigaciones rápidas y asertivas. 

El Departamento de Educación de Peruíbe, ciudad de la costa de São Paulo, logró reducir casi a cero el número de ocurrencias cuando en el año 2009 instaló 62 cámaras de Axis con sensores de movimiento y alarma en 34 escuelas públicas. Cualquier suceso detectado por las cámaras, activa una alarma que hace que la Guardia Municipal realice una investigación en el sitio. Las imágenes generadas son de alta resolución, lo que facilita la identificación de los responsables. Peruíbe se adelantó a muchas ciudades en Sudamérica que  hoy en día discuten proyectos de ley que requieren las escuelas para instalar cámaras. Algunos casos ya están bastante avanzados. 

En Sudamérica, la principal preocupación de los padres es la misma: la responsabilidad de la atención a sus hijos. Muchas escuelas adoptan procesos poco rigurosos para la entrega de los estudiantes, basándose en la memoria de algunos de los empleados, lo que coloca a la institución en una situación vulnerable. Si el acceso de gente extraña es relativamente fácil, hay casos en que incluso a uno de los padres, conocido por el personal, la Justicia le ha impedido recoger al niño en el colegio. 

Para preservar la calidad del servicio de la escuela y hacer que los padres se mantengan más tranquilos, ya hay cámaras digitales más avanzadas que se pueden utilizar para controlar el acceso de personas y vehículos basados en la identificación facial y lectura de patentes. Con esto, las personas registradas pueden acceder a las instituciones, por ejemplo, en la búsqueda de los niños al final del día. Y los beneficios se extienden más allá de los aspectos de seguridad. La facilidad de acceso a las imágenes permite a los padres ver a sus hijos, estén donde estén. Y permite al personal de la escuela utilizar estas imágenes para identificar posibles razones de los cambios en el comportamiento de un estudiante, por ejemplo, o si está siendo intimidado en la hora del recreo.

Estos recientes desarrollos en calidad de imagen, visualización a distancia y funciones avanzadas están expandiendo el entendimiento de que la seguridad es un requisito para un aprendizaje eficaz. Sola, la tecnología no resuelve los problemas de la educación, pero sin duda permite crear un entorno en el que cada uno se sienta tranquilo para centrarse en lo realmente importante: el aprendizaje.

Por Marcelo Ponte es Gerente de Marketing de Axis Communications en Sudamérica.