Zuckerberg, el amo de las comunicaciones

Mark Zuckerberg ha ordenado que los servicios de mensajería de WhatsApp, Instagram y Facebook Messenger se integren. Las tres aplicaciones seguirán funcionando de manera independiente, pero un usuario de Facebook podrá mandar un mensaje a otro de WhatsApp que no tenga cuenta en el canal de comunicación privada de la red social.

La noticia ha creado malestar en la empresa al conocerse las intenciones de Zuckerberg. El esfuerzo de integración requerirá la labor de miles de empleados de la compañía y no estará disponible hasta finales de este año o principios de 2020.

El objetivo de Facebook con la integración no está claro por ahora. En un comunicado de la compañía, esta dice que su intención es “construir la mejor experiencia de mensajería, ya que la gente quiere que los mensajes vayan rápido y sean simples, seguros y privados”. Facebook incluirá encriptación en esas comunicaciones. Actualmente, solo WhatsApp la tiene.

Estos deseos de integración pudieron ser el motivo principal del enfrentamiento de Zuckerberg con los fundadores de Instagram, Kevin Systrom y Mike Krieger, que abandonaron la compañía el pasado verano. Facebook compró Instagram en 2012 y les prometió independencia. Los cofundadores de WhatsApp recibieron la misma promesa, ahora completamente abandonada.

El cofundador de WhatsApp, Jan Koum, abandonó Facebook en abril, ocho meses después de que lo hiciera el otro fundador, Brian Acton. Acton apoyó con un tuit en marzo de 2018 la campaña “#DeleteFacebo. Docenas de empleados de WhatsApp se enfrentaron a Zuckerberg durante una reunión en diciembre. Algunos de ellos ya se han ido y otros se plantean hacerlo en breve.

No está claro cómo Facebook gestionará algunos asuntos de privacidad. WhatsApp requiere de un número de teléfono, mientras que Facebook pide la identidad real. La compañía no ha querido dar más detalles: “Hay mucha discusión y debate al empezar este largo proceso de imaginar todos los detalles de cómo funcionará esto”, ha explicado la empresa.

Las oportunidades de monetización se multiplican para dos aplicaciones que hasta ahora medían su éxito sobre todo en número de usuarios activos: 1.500 millones en WhatsApp y 1.000 millones en Instagram. Esas opciones no solo pasan por ingresos directos a través de anuncios, sino también por reunir a todos los usuarios en una súperaplicación de mensajes, como ya ocurre con la china WeChat.

“Era cuestión de tiempo”, dice Ángel Cuevas, profesor de la Universidad Carlos III y autor de varios artículos científicos sobre WhatsApp. “En el medio plazo creo que Facebook acabará poniendo publicidad en WhatsApp”.