China toma represalias por el lado más débil

Aunque un juez canadiense ha concedido este martes la libertad bajo fianza a Meng Wanzhou, la directora financiera de Huawei e hija del fundador del gigante tecnológico, tras el pago de una fianza de 10 millones de dólares canadienses (7,5 millones de dólares estadounidenses), parece ser que para el gobierno chino no fue suficiente.

En respuesta directa a lo acontecido a Meng, China tomó como prisioneros a dos ciudadanos canadienses. El ex diplomático Michael Kovrig y el consultor de negocios Michael Spavor fueron puestos bajo “medidas coercitivas”, dijo el vocero de la Cancillería Lu Kang, usando términos que por lo general indican que los dos hombres están detenidos.

Los dos ciudadanos canadienses “son sospechosos de implicación en actividades que amenazan la seguridad nacional de China”, dijo Lu en su conferencia de prensa semanal, sin explicar si los dos casos estaban relacionados.

“Los dos casos están todavía bajo investigación”, señaló el vocero, quien añadió que China ha notificado a la embajada canadiense sobre la situación de estas dos personas, cuyos “legítimos derechos e intereses están siendo salvaguardados”, aseguró.

El gobierno de Canadá ya había expresado su preocupación por la suerte de Spavor, que había desaparecido después de que las autoridades del país asiático lo interrogaran.

Spavor, de 43 años y oriundo de Calgary, es uno de los pocos occidentales que ha conocido y conversado ampliamente con el líder norcoreano, Kim Jong-un.

La confirmación de su detención se produce después de que ayer China anunciase la de Kovrig, ex diplomático que estuvo destinado en Beijing y la ONU, y que se encargó de organizar la visita del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, a China en diciembre de 2017.

Mientras tanto, Meng seguirá en libertad su proceso de extradición a EE UU, el cual puede prolongarse durante meses o incluso años donde  es requerida por las autoridades estadounidenses acusada de fraude, ya que supuestamente burló las sanciones financieras impuestas por Washington contra Irán. En caso de ser extraditada se enfrenta a una pena máxima de 30 años de cárcel. El juez William Ehrcke, que le ha concedido la libertad bajo fianza, fijó la primera audiencia sobre la extradición para el próximo 6 de febrero. Asimismo, Estados Unidos tiene 60 días para proporcionar al sistema de justicia canadiense la documentación completa de la solicitud. De lo contrario, esta quedará sin efecto.

Donald Trump, con la ironía que lo caracteriza, ha asegurado que intervendría en el caso solo “Si creo que es bueno para lo que ciertamente será el mayor acuerdo comercial que se haya hecho, lo cual es muy importante y  bueno para la seguridad nacional”, ha señalado en una entrevista con la agencia Reuters.

“El riesgo de que Meng no se presente en el tribunal durante el proceso de extradición se puede reducir a un nivel aceptable imponiendo las condiciones de vigilancia propuestas por sus abogados”, ha manifestado el juez.

Meng Wanzhou deberá residir en una de las dos viviendas que posee en Vancouver y portar un mecanismo electrónico en el tobillo. No podrá abandonar su casa entre las once de la noche y las seis de la mañana, tendrá que permitir la entrada a su domicilio a la policía sin previo aviso y aceptar que una compañía de seguridad privada la vigile las 24 horas. Respecto a la fianza, siete millones de dólares canadienses, será depositada en efectivo y los tres restantes corresponden a garantías hipotecarias presentadas por amigos y asociados de Meng.

Huawei se pronunció a través de Twitter sobre la liberación de su vicepresidenta: “Tenemos plena confianza en que los sistemas legales canadienses y estadounidenses llegarán a una conclusión justa en los procedimientos siguientes. Como lo hemos enfatizado en todo momento, Huawei cumple con todas las leyes y regulaciones aplicables en los países y regiones donde operamos, incluidas las leyes de control y sanción de exportaciones de las Naciones Unidas, Estados Unidos y la Unión Europea”.

El lunes, Jim Carr, ministro canadiense de comercio internacional, dijo al diario La Presse que no creía que la detención de Meng enfriara los vínculos entre Canadá y China. “Hemos construido estas relaciones durante décadas. Seguirán progresando. Canadá es un país que se rige por el derecho. Esto ha quedado en evidencia en este caso”, manifestó.

Al día siguiente China dio a conocer la detención de los dos ciudadanos canadienses.

Fuente: El País, Ámbito, TyN Magazine