Efecto dominó: el impacto del COVID-19 en el sector financiero

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote de COVID-19 pandemia global en marzo, cuando el virus ya afectaba a la mayoría de los países. Desde entonces, el mundo ha sido testigo de un verdadero efecto dominó: las medidas implementadas para contener su avance han tenido consecuencias que han trascendido la emergencia sanitaria y han provocado una crisis económica sin precedentes en la historia contemporánea.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmó que el coronavirus ha estancado la economía mundial y ha sumido al planeta en una recesión que será “mucho peor” que la crisis financiera de 2008; mientras que los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señalan que el peor escenario de la pandemia sería la reducción del crecimiento económico mundial a la mitad de este año, cerrando con un 1.5 por ciento. Esta disminución en las proyecciones se debe al aislamiento social impuesto a más de dos mil millones de personas en el mundo. Según la OCDE, por cada mes que las principales economías permanezcan en confinamiento, el crecimiento anual bajará dos puntos porcentuales. Con las fábricas cerradas y la imposibilidad de que los negocios abran sus puertas al público, el futuro para la mayoría de los sectores es incierto.

Goldman Sachs y Morgan Stanley afirman que la economía mundial ya tocó fondo

Corwdfactoring, una pieza clave para la reactivación económica

La digitalización de la gestión financiera en las empresas: ahora o nunca

El mayor desafío de las organizaciones en 2020 es mantener la sostenibilidad durante y después de la pandemia. Además de tener que reinventar sus modelos de negocio, las empresas deberán adaptar las relaciones con clientes y empleados. Todo ello demandará un mayor enfoque en cuestiones de tecnología, seguridad, logística e infraestructura. Una demanda creciente Al tiempo que las instituciones financieras emergen como salvadoras de algunas empresas y personas para que tengan un respiro en medio de este escenario, las mismas organizaciones se ven azotadas por la crisis de distintas maneras. Alrededor del planeta, los servicios financieros están experimentando una disminución en su actividad, lo cual no deja de plantear un desafío.

Existe un incremento en la demanda de créditos de alto riesgo, inquietud en los mercados bursátiles y crediticios —lo que aumenta la incertidumbre en las ofertas— y una mayor exposición a los activos tóxicos. “Las devaluaciones en los principal índice bursátiles se debe a que los fondos también reciben apalancamiento e invierten en intereses y divisas y, con la incertidumbre económica generada por el avance del coronavirus, esos activos explotaron”, destacó Javier Cordero, director general de Red Hat México.

Cómo adaptarse a la nueva realidad Por otra parte, los bancos, las aseguradoras, los fondos de inversión, las agencias de bolsa y las empresas de medios de pago, entre otros, observan un incremento en la demanda de nuevas soluciones y un aumento diario de la cantidad de solicitudes y transacciones a través de sitios web y aplicaciones. El confinamiento obligatorio trajo a la par una mayor adopción de tecnologías como la videoconferencia, el pago punto a punto y los servicios bancarios en línea; una tendencia que está acelerando la transformación del panorama financiero.

Por ejemplo, en China e Italia, cuatro semanas después de que comenzara la propagación del coronavirus, el aumento estimado de la actividad digital fue de 20% y se prevé que incremente en todo el mundo. Para poder atender ese aumento y captar nuevos clientes, estas organizaciones han realizado una importante labor de desarrollo de sus recursos digitales. Las instituciones financieras están reforzando sus infraestructuras informáticas y apostando al almacenamiento en la nube mediante el uso de soluciones open source —como los contenedores y Kubernetes— que permiten la integración de servicios en la era del Edge Computing, que cobrará aún más impulso en un escenario post pandemia. La implementación de estas tecnologías permite escalabilidad, agilidad y una excelente experiencia del usuario, conceptos que serán incluso más esenciales para garantizar la continuidad de los negocios.

En un nuevo capítulo de la economía virtual, la clave para el mantenimiento de las actividades vendrá de la mano de poderosas soluciones de software para innovar y habilitar recursos. Las empresas tendrán que invertir en marketing digital y aumentar el embudo de oportunidades por medio de los canales en línea, con mensajes e información específicos basados en los datos. También se están revisando los modelos de negocio para satisfacer las nuevas necesidades de los consumidores. “Para muestra el cambio que muchas compañías de seguros han introducido en sus pólizas. Por defecto, la mayoría de las empresas no incluían la protección contra pandemias en los seguros de vida y crédito (la cual garantiza el pago de préstamos y deudas en caso de fallecimiento e invalidez), ya que estos productos tienen por objeto cubrir riesgos previsibles”.

“Aún así, debido a la conmoción que provocó el coronavirus en el mundo, ya son varias las aseguradoras que han anunciado que harán caso omiso de estas cláusulas aunque deban soportar mayores riesgos y la necesidad de una mayor fiscalización”, indicó Javier Cordero. Además de los cambios que afectan directamente a los clientes, la pandemia también exige modificaciones en la forma en que trabajan estas instituciones; incluso, “muchas han reducido sus operaciones físicas adaptado su horario de atención e implementado el teletrabajo de sus empleados en un intento por garantizar, en la medida de lo posible, la seguridad de su gente y sus clientes”, agregó el directivo de Red Hat México.

Estos cambios también afectan el modelo de negocio y, una vez más, confluyen en la necesidad de un posicionamiento digital mucho más definido y estructurado. Es necesario mantener las actividades en pleno funcionamiento y, al mismo tiempo, preservar la seguridad en todos los niveles. El tesoro al final del arco iris En medio de las incertidumbres que rodean al futuro inmediato, las previsiones y pronósticos no bastan para determinar los próximos pasos de las organizaciones, en particular, las financieras. El universo postpandemia continúa siendo una incógnita en todo el mundo que ahora está empezando a afrontar la fase