El costo real de implementar la red 5G

Por Michael Pawlak, Asesor Principal de Telecomunicaciones de SAS

Cuando se empezó a hablar sobre el 5G, se anunció como si fuera la próxima gran transformación en el mundo. A pesar de que los elementos de esta tecnología si son la “próxima gran transformación en el mundo”, los líderes de las compañías de telecomunicaciones se están dando cuenta que implementarlo será un poco más complejo de lo que alguna vez pensaron.

Esta nueva red, que permitirá descargar videos de 2 horas en 17 segundos, posee un gran poder de velocidad, pero con un corto rango de alcance que se traduce en la instalación de miles de antenas. Debido a esto, durante el año 2018, diferentes empresas de telecomunicaciones de Estados Unidos señalaron que para entregar este servicio a todo el país deberían construir 300.000 antenas nuevas, cantidad equivalente al total de antenas levantadas durante los últimos 30 años.

Una transformación con alto costo de inversión

La transformación que se necesita para habilitar la red 5G a nivel de usuarios es significativamente diferente comparado al paso que existió de 2G a 3G y 4G. Cuando eso ocurrió, existía una infraestructura de redes bastante similar que pasaba a una más avanzada, pero el 5G requiere la construcción de muchas antenas de corto alcance.

Por ejemplo, si una compañía quisiera lanzar el 5G en Santiago de Chile en los próximos meses, debería asegurarse que cada usuario cuente con teléfono compatible, cosa que no existe. Mientras que, en segundo lugar, esta empresa tendría que realizar una inversión millonaria en un corto plazo, postergando un retorno económico por parte de los usuarios.

Lo más lógico es que la implementación de esta nueva tecnología será dirigida de manera muy táctica. Por lo que lo más probable es que, en vez de lanzar este servicio a todos los usuarios de telefonía móvil, sea habilitada en lugares de trabajo como edificios, donde se provea de 5G a todos quienes trabajan en aquel lugar.

Un negocio para recuperar la inversión

Debido a que el alcance de esta red no es de largas distancias, la implementación dentro de un edificio podría permitir alianzas comerciales con edificios cercanos que quieran contar con 5G y así las compañías de telecomunicaciones puedan comenzar a generar algún tipo de utilidad por la inversión realizada.

Seguramente este servicio llegará a manos de los usuarios, pero con el tiempo. El costo de inversión es demasiado alto, considerando que además las compañías deberán esperar a que todos sus usuarios cambien sus teléfonos por unos que sean compatibles con la red 5G siendo que realmente no es una “necesidad”.

Para usuarios comunes el 5G no significará un gran avance, ya que no habrá una diferencia en materia de velocidad de mensajería o redes sociales. Quienes sí podrán ver un cambio serán, por ejemplo, los gamers con la velocidad de movimiento aumentada de los juegos en línea. En ese sentido, la red 5G permitirá que la red de internet móvil no se sature durante un evento masivo, como sucede hoy en conciertos. Sea cual sea la decisión que se tome en Chile, esta servirá para acercar la red 5G a la comunidad, quizás no a los usuarios en una primera instancia, pero si para empresas, negocios y otras industrias.