El gen taquiquinina sería la clave de los cambios cerebrales del aislamiento social

Un estudio científico liderado por Moriel Zelikowsky, ha descubierto que el aislamiento social provoca la acumulación de una sustancia química particular en el cerebro y que, al bloquear esta sustancia química, se eliminan los efectos negativos del aislamiento.

El estudio realizado en ratones demuestra que el aislamiento social prolongado conduce a una amplia gama de cambios de comportamiento, que incluyen mayor agresividad hacia ratones desconocidos o miedo persistente e hipersensibilidad a estímulos amenazantes. Estos efectos se observaron cuando los ratones estuvieron sujetos a dos semanas de aislamiento social, pero no a un aislamiento social a corto plazo, 24 horas, lo que sugiere que los cambios observados en las respuestas de agresión y miedo requieren aislamiento crónico.

Este mismo equipo de científicos había descubierto un gen en ratones denominado taquiquinina (Tac2) que codifica un neuropéptido llamado neuroquinina B (NkB), ambos producidos por neuronas alojadas en regiones específicas del cerebro del ratón, como la amígdala y el hipotálamo, que están involucradas en el comportamiento emocional y social.

Los investigadores encontraron que el aislamiento crónico conduce a un aumento en la expresión del gen Tac2 y la producción de NkB en todo el cerebro. Sin embargo, la administración de un fármaco que bloquea químicamente los receptores específicos de NkB permitió a los ratones estresados comportarse normalmente, eliminando los efectos negativos del aislamiento social. Por el contrario, el aumento artificial de los niveles de Tac2 y la activación de las neuronas correspondientes en animales normales (no aislados) los llevó a comportarse como animales estresados.

Si este mismo esquema se produce en el cerebro humano, podría abrir un nuevo capítulo para comprender mejor las facetas del estrés y la ansiedad.