El pulso de la digitalización en Panamá

Los países, las industrias y los líderes de las empresas enfrentan un mundo marcado por el crecimiento exponencial de tecnologías digitales que afectan la productividad y generan disrupción. Se calcula que en 2025 estarán conectados más de 20 mil millones de dispositivos inteligentes, casi tres veces la población mundial. Más de la mitad de las personas en el planeta tienen una conexión a internet; el 55% de los hogares utiliza algún servicio de streaming; y 50% de los pagos ya son digitales.

 El pulso de la digitalización en Panamá

Las recompensas por animarse a dar el salto y capturar la oportunidad digital son cada vez mayores. Y también lo son los riesgos de quedarse atrás por falta de acción. Los líderes digitales capitalizan oportunidades y alcanzan retornos superiores. Un estudio de McKinsey encontró que las empresas con mayores niveles de digitalización tienen un desempeño financiero 6% superior a sus pares.

El primer paso para lograr una transformación digital es desarrollar una perspectiva integral del punto de partida. Con el ánimo de generar una visión distintiva del nivel de madurez digital de las empresas en América Latina, McKinsey lanzó el Digital Maturity Index (DMI), esfuerzo en el cual entrevistó a más de 800 líderes de 170 empresas a través de 12 países de la región y 11 sectores de la economía. El DMI apalanca el Digital & Analytics Quotient, la herramienta propietaria de McKinsey & Company para evaluar la madurez digital y analítica de organizaciones en todo el mundo, que incluye aprendizajes de encuestas a más de 28 mil ejecutivos en más de 840 empresas de 63 países.

El índice mide cuatro pilares para determinar el nivel de madurez digital de las empresas: estrategia, capacidades, organización y cultura. Cada pilar se compone de varias dimensiones que llevan a establecer un puntaje entre 0 y 100 para evaluar el nivel de madurez, donde 100 corresponde al máximo puntaje.

Según el DMI, Panamá integra el grupo de países con mayor madurez digital de la región junto a Colombia y Chile. Sin embargo, sus líderes digitales están levemente rezagados respecto a los líderes globales. A nivel regional, los sectores con mayor digitalización son banca y comercio minorista mientras que el sector de petróleo y gas es el más rezagado.

Los líderes en el sector de la banca en Panamá están casi a la par que los líderes globales. Y es que algunos bancos locales han reaccionado a la cambiante realidad digital. Banco General cuenta con Yappy, un servicio de la aplicación móvil que le permite a los usuarios hacer transferencias con sólo el número de celular (más de 100 mil usuarios). Y Banistmo, filial Panameña de Bancolombia, ofrece Nequi, una aplicación móvil que permite recibir y transferir dinero, pagar en comercios afiliados a través del código QR y hacer inversiones, entre otros. Solamente en este año la aplicación ya cuenta con más de 150 mil descargas.

 El pulso de la digitalización en Panamá

Las mayores brechas entre las empresas panameñas y las líderes globales se encuentran en los pilares de estrategia y organización, un patrón que se mantiene en la región. En ambos pilares, las empresas líderes a nivel global están un 90% más avanzadas que las empresas promedio de Panamá. En cuanto a estrategia, esto implica tener conciencia de las disrupciones digitales, el desarrollo de una estrategia digital ambiciosa e integral que tenga coherencia con el negocio, y la comprensión de las necesidades y expectativas de los clientes. También incluye la búsqueda de nuevas fuentes de ingresos y modelos de negocio y la generación de una hoja de ruta que aborde las oportunidades y riesgos relevantes.

El pilar de organización mide los avances en la estructura y el talento necesarios para adelantar la transformación digital. Algunos elementos relevantes en este pilar son la eficacia de la organización digital de la compañía; la capacidad de atraer y desarrollar talento con habilidades digitales; la alfabetización digital; y el establecimiento de indicadores claros para monitorear la transformación digital.

En este sentido, Panamá todavía tiene bastante trabajo pendiente. Según el World Economic Forum, el país ocupa la posición 97 de 139 países en el rubro de habilidades digitales de la población económicamente activa.

Aunque existe un consenso cada vez más amplio sobre la importancia y urgencia de promover la transformación digital a escala, la tarea no es fácil. Una encuesta de McKinsey encontró que si bien 8 de cada 10 empresas consultadas iniciaron una transformación digital en los últimos 5 años, menos del 16% logró mejoras significativas y sostenibles. Las empresas pueden fallar en sus intentos por múltiples motivos, entre los cuales se enumeran la falta de un responsable claro, escasez de talento con conocimiento digital, la dificultad para cuantificar impacto y evaluar riesgo y la ausencia de una definición clara de digitalización.

Para lograr una transformación exitosa, esta debe ser considerada como un proyecto integral que considera tanto el núcleo del negocio como el desarrollo de nuevas oportunidades facilitadas por la tecnología. La transformación del núcleo incluye la redefinición de la adquisición y la relación con los clientes, la digitalización de las operaciones y una mejor toma de decisiones a través de analítica avanzada. La modernización de la infraestructura digital y el fortalecimiento de la organización, el talento y la cultura también son fundamentales. En términos de infraestructura y nuevas tecnologías, Panamá presenta un importante potencial en tecnologías móviles, con un costo de adquisición de teléfonos inteligentes entre más bajos el mundo y una penetración de telefonía celular al nivel de los países más desarrollados.

En la dimensión externa de la digitalización, las empresas tendrán que estar atentas a nuevas oportunidades digitales y ser conscientes del creciente protagonismo de los ecosistemas digitales. Solo así las empresas, tanto de Panamá como de la región, estarán en camino hacia aquella esquiva frontera digital, lo cual ayudará a asegurar su supervivencia y éxito en tiempos de profundas disrupciones como los actuales.