La GSMA mantiene la celebración del MWC 2020 pese al riesgo sanitario que supone

La cita más importante del sector de la telefonía móvil se mantiene a pesar de las últimas y notables bajas, informa Reuters, y a la espera de la «evolución del coronavirus». La GSMA, entidad organizadora, ha decidido finalmente mantener de momento la próxima edición de la feria Mobile World Congress (MWC) de Barcelona a pesar del riesgo que supone a la seguridad de los asistentes la epidemia de Covid-19, anteriormente conocido como coronavirus. Una epidemia que ha supuesto más de mil muertos desde que se registraran los primeros casos y que ha herido al evento tecnológico, que está previsto entre los días 24 y 27 de febrero.

Los organizadores del evento han asegurado el miércoles que estaban monitoreando el desarrollo «rápido y cambiante» del coronavirus, según una declaración a la que ha tenido acceso la agencia. «El nuevo coronavirus es una situación que cambia rápidamente; GSMA está monitorizándolo de cerca.

Esto incluye reuniones con expertos en salud mundiales y españoles, así como con nuestros socios, para garantizar el bienestar de asistentes», añaden las mismas fuentes. «Ya hemos implementado medidas de salud adicionales antes del MWC 2020 y continuaremos consultando con expertos médicos», sostienen. El viernes está prevista una reunión de carácter ordinaria en la que acudirán miembros de la junta directiva de la organización.

Los miembros del consejo directivo de la GSMA han tomado esta decisión en una reunión convocada este miércoles a las 14.00 horas con carácter de urgencia. La salida de una veintena de marcas importantes ha llevado a la feria en una situación prácticamente insostenible. Firmas como LG, Nvidia, Intel, Mediatek, Amazon, Facebook, Nokia o empresas de telecomunicaciones como British Telecom (BT) y Deutsche Telekom han venido paulatinamente confirmando su salida por temor a contagios.

Presión de las administraciones

Desde que se produjo la primera baja, las tres administraciones, Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona, lo han tenido claro: ni cancelaciones ni retrasos, el congreso más importante del mundo en telefonía debe celebrarse a partir del 24 de febrero en la ciudad pese a la crisis del coronavirus.

La alcaldesa de L’Hospilatet de Llobregat y presidenta de la Diputación de Barcelona, Núria Marín, ha declarado este miércoles a este diario: “Hay que respetar lo que la autoridad sanitaria decida y la Generalitat, el Ministerio y la OMS van de la mano. Hay una veintena de empresas que no asistirán, pero siguen en pie más de 2.000”, informa Alfonso Congostrina.

El secretario de Salud Pública de Cataluña, Joan Guix, ha afirmado que “no hay ningún motivo sanitario” para suspender el Mobile y ha asegurado que hay una “epidemia mediática y de miedo” motivada por intereses económicos, competenciales y políticos. En una entrevista en RAC-1, Guix ha insistido en que no hay “ninguna causa objetiva” para que las empresas se hayan dado de baja del MWC. “Actualmente, no hay ningún motivo sanitario en Barcelona para suspenderlo”, ha reiterado Guix, que ha dicho: “Cada vez tengo más claro que si se suspende no será por ninguna causa que se pueda demostrar científicamente relacionada con la salud”.

Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha pedido no caer en el “alarmismo psicológico” con motivo del coronavirus y ha señalado que las medidas adoptadas por las autoridades sanitarias para su celebración son “suficientes”. Otras bajas del Mobile que se han conocido este miércoles han sido la empresa japonesa Rakuten, que no viajará a Barcelona por “la salud y seguridad” de sus clientes, socios y empleados, y de HMD, el fabricante de móviles que compró la licencia a Nokia para usar su marca.

El consejo de la GSMA se volverá a reunir este viernes para decidir si finalmente cancela o aplaza la feria, aunque algunos miembros de la asociación presionan para que la decisión se adelante y poner fin a la incertidumbre. Cuando quedan más de 10 días para la inauguración del evento, el coste de la cancelación superaría los 500 millones de euros.