La inteligencia artificial desplaza a los gurúes de la moda

La inteligencia artificial ya está capacitada para sugerir combinaciones de ropa según el estilo o apariencia del consumidor, o pronosticar qué será tendencia en función de las búsquedas y las compras de los consumidores son algunas de las realidades que ya permiten los sistemas de inteligencia artificial dedicados al reconocimiento de imágenes.

Se trata de sistemas que a menudo combinan varias tecno­logías –detección de objetos, deep learning (aprendizaje automático basado en redes neuronales), aprendizaje supervisado, big data, algoritmos de análisis y proce­samiento del lenguaje natural, ­entre otras–, y que las marcas y webs de moda están utilizando tanto para predecir el comportamiento del consumidor como para guiarlo en la búsqueda y compra de su vestimenta y con ello incrementar sus ventas. Para el consumidor, estos sistemas son una nueva manera de descubrir la moda, de construir su imagen a partir de su indumentaria y de agilizar sus compras de ropa.

“Queremos comprar lo que vemos, la prenda que lleva la persona de al lado o la que vemos en una revista porque somos seres visuales, y la inteligencia artificial con reconocimiento de imagen te permite eso”, indica Luis Manent, director ejecutivo y cofundador de Wide Eyes Technologies, una compañía que lleva desarrollando inteligencia artificial para el sector de la moda desde 2013.

Y explica que los sistemas de visión artificial como el suyo permiten encontrar productos similares al que figura en una imagen de una forma más rápida y precisa que si se busca con palabras, entre otras razones porque cada persona tiende a describir las prendas de forma diferente y con la inteligencia ar­tificial lo que se logra es objetivar y automatizar la forma de describir y de etiquetar los productos para posteriores búsquedas.

La plataforma de distribución de moda para profesionales Brands­distribution aprovecha este reconocimiento de imágenes con inteligencia artificial para automatizar la elaboración de los catálogos de sus 150.000 clientes en todo el mundo. “Supone una re­volución no solo de la moda sino de todo el comercio electrónico, porque se pueden integrar miles de imágenes en una plataforma online de forma automática obteniendo inmediatamente descripciones y fichas de producto asociadas a cada imagen”, comenta Carlo Tafuri, director de operaciones y fundador de Brandsdistribution.

Esta catalogación estandarizada no sólo facilita las cosas a las firmas que venden moda sino también al consumidor, “porque si los productos están bien clasificados es más fácil que la persona encuentre justo lo que busca y que pueda ver todos los productos de ese mismo tipo que hay en el mercado y no sólo los que estén bien catalogados por el vendedor”, apunta otro especialista en inteligencia artificial que ultima una aplicación que combinará reconocimiento de imagen y procesamiento de lenguaje natural para que el usuario sepa dónde comprar la prenda que viste cualquier persona próxima con sólo hacerle una foto.

Pero más allá de buscar prendas, estos sistemas de inteligencia ar­tificial también funcionan como asesores de estilo o personal shopper. Hacen recomendaciones sobre cómo y con qué combinar el producto que uno está pensando comprar según las reglas de estilo de la marca, las tendencias del momento o el historial de looks o de compras del usuario, y también ­sugieren productos similares al ­escogido pero con matices diferentes que puedan permitir al interesado encontrar una prenda aún más acorde con sus intereses o superar la frustración de haber ­hallado la que buscaba y que no ­esté disponible en su talla.

Estos servicios, que ya ofrecen muchas firmas de moda en sus tiendas online y también en algunas tiendas físicas a través de pantallas interactivas colocadas en los probadores, son prácticos para el consumidor y muy rentables para las empresas. “Aumenta el ratio de conversión de búsquedas en compras y también se venden más productos, porque si no está la talla de la camisa que buscas pero te ofrecen alternativas que encajan en lo que estás buscando probablemente acabes comprando, y si te sugieren looks para combinar esa prenda es muy posible que además te lleves alguno de los productos que la acompañan”, detalla el directivo de Wide Eyes Technologies,

La visión artificial, combinada con el big data, también está siendo utilizada para captar tendencias de moda y predecir ventas. Hay empresas que están filtrando las imágenes que circulan por blogs y redes sociales, sacando sus características y comparándolas entre ellas para extraer patrones de las tendencias que se ven en la calle, información que una vez convertida en big data puede ser cruzada con otra, como datos de las prendas más buscadas o vendidas, y hacerlo en función de criterios geográficos, de edad, de sexo o de cualquier otro tipo. Estos aná­lisis también se aprovechan para ajustar producciones, para diseñar, fabricar y poner rápidamente a la venta productos alineados a las tendencias del momento, para ajustar el stock de las tiendas y mejorar las campañas de publicidad. La firma alemana Lesara asegura que es capaz de detectar tendencias analizando los gustos de los consumidores a través de big data, diseñar los productos, producirlos y ponerlos a la venta en tan sólo diez días.

También están usando estos ­sistemas investigadores interesados en comprender cómo surgen y se difunden las tendencias de moda a lo largo del planeta. Profesores de la Universidad de Cornell (Ithaca, Estados Unidos) han usado el reconocimiento de imágenes, el deep learning, el big data y los algoritmos de análisis automatizado para examinar millones de fotografías subidas a diario a las redes sociales más populares y extraer de ellas factores culturales, sociales y económicos en la forma de vestir, en el uso de complementos, en cómo se emparejan las prendas de ropa o en cómo cambian y se adoptan las nuevas tendencias. Aseguran que el reconocimiento de imágenes es una herramienta de análisis muy potente para explorar datos y descubrir ideas relacionadas con la moda y con otros ámbitos sociológicos.

La revolución que conlleva la aplicación de la inteligencia arti­ficial al mundo de la moda se au­gura tan prometedora que empresas ajenas al sector textil han comenzado a apostar por él. Es el caso de Amazon. La primavera pasada lanzaba Echo Look, un dis­positivo con cámara combinado con una aplicación de móvil y con el asistente Alexa que permite al usuario sacar fotos de cómo va vestido, crear un histórico de sus looks para repasar su vestimenta a lo largo del tiempo, y que recomienda estilos de ropa y propone prendas inspiradas en el estilo que observa en sus fotos. Además, el gigante del comercio electrónico ha desarrollado un diseñador de moda inteligente que, aprendiendo de todas esas imágenes y estilos, pueda crear prendas propias de acuerdo con las tendencias del momento para fabricarlas y comercia­lizarlas a través de Find, la línea de moda para hombre y mujer que lanzó hace poco en Europa.

Tafuri, de Brandsdistribution, asegura que la inteligencia arti­ficial, además de predecir el comportamiento del consumidor, diseñar la moda o facilitar las búsquedas y compras online está desembarcando en el negocio de la moda en forma de probadores ­virtuales (como los que ofrecen algunas firmas de gafas) y de asistentes virtuales o chatbots, que permiten resolver dudas de los clientes, responder a consultas sobre productos o guiarles en sus búsquedas las 24 horas del día todos los días del año.

Los buscadores visuales permiten al consumidor hacer fotos de cualquier producto que le guste, subirlas a la aplicación y encontrar prendas similares, sin tener que buscar por texto o navegar por los menús de las plataformas de e-commerce. Marcas como Asos, John Lewis, Shoes.com, Nordstrom y Urban Outfitters están utilizando este sistema.

Asesor de estilo. Algunas tiendas online ofrecen recomendaciones de looks que combinan los productos de su catálogo en función de las tendencias de moda para sugerir combinaciones de prendas y complementos. Y hay servicios como Style Check, vinculado al Echo Look de Amazon, que da consejos de estilo para mejorar el atuendo de una persona combinando algoritmos de aprendizaje automático con consejos de especialistas en moda y tomando como inspiración los estilos que ese usuario tiene registrados en su álbum de looks de Echo Look.

Asesor de compras. Mediante el reconocimiento de imágenes las tiendas de ropa online pueden sugerir productos visualmente similares al que busca el consumidor cuando no tienen la talla o color que busca, o simplemente para ofrecerle alternativas que quizá sean más de su gusto.

Probador inteligente. Marcas como Massimo Dutti o Zara han incorporado sistemas de inteligencia artificial a los probadores de algunas de sus tiendas y cuando el cliente entra a probarse la ropa escanea la prenda, puede visualizarla en otros colores, ver si hay otras tallas y pedirlas sin salir del probador, ver propuestas de prendas similares o artículos que complementen su atuendo… En algunas tiendas de los almacenes Neiman Marcus de Estados Unidos han instalado espejos Memomi, que ofrecen imágenes de 360 grados de quien se sitúa enfrente y permite verse con distintos colores o texturas de la prenda que viste o incluso visualizarse con ropa que no se lleva puesta. Y marcas de gafas como Ray-Ban ofrecen probadores virtuales para que el cliente de su tienda online pueda ver cómo le sientan diferentes modelos.

Asistente virtual. Las firmas de moda han incorporado chatbots para ayudar a sus clientes a elegir talla, gestionar devoluciones, resolver dudas o recibir consejos a cualquier hora y desde cualquier lugar. Burberry o Tommy Hilfiger los tienen.