La nube híbrida y mayores servicios son las tendencias del 2016 en telecomunicaciones

En los mercados latinoamericanos, los operadores ofrecen cada vez más teléfonos inteligentes habilitados ya con innovadoras aplicaciones y servicios, a través de los cuales los usuarios pueden hacer consultas y transacciones bancarias, lo cual representa una gran ventaja para ellos y un enorme impulso para el comercio en línea.

Con miras al próximo año, se espera que con el creciente uso de dispositivos móviles se propicie una mayor inclusión a los servicios bancarios y financieros. Se calcula que las tasas de suscriptores móviles alcance casi al 60% de la población total de Latinoamérica para 2020, según estimaciones de la GSMA.

En este sentido, Mauricio Desdier, Director de Marketing Estratégico de Alcatel-Lucent, anticipa que el 2016 se vislumbra con un panorama positivo para la industria de telecomunicaciones, debido en gran medida a los cambios en la regulación y a los efectos positivos que han tenido las políticas públicas que se han venido implementando en diferentes países desde hace ya un par de años, como en el caso de México con su Reforma de Telecomunicaciones.

Cifras del Banco Mundial indican que casi dos terceras partes de los mercados en América Latina y el Caribe cuentan al menos con un servicio de dinero móvil en funcionamiento, con un total de 37 servicios de dinero móvil en 19 mercados de la región, incluidos los siete servicios lanzados en Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Panamá y Perú desde 2014.

“Sin embargo, para que haya una mayor penetración bancaria en la región, principalmente en países como Brasil, México y Colombia, por sus características socio-económicas y su distribución demográfica, se necesita que los operadores de red se involucren de lleno en el ecosistema y las cadenas de valor que dan vida al comercio electrónico, de tal manera que puedan contribuir a través de la cobertura de sus redes y su alcance comercial a lograr una mayor inclusión, para lo cual tendrían que trabajar en los próximos años en el desarrollo de nuevos modelos de negocio y el posicionamiento de servicios de pagos móviles cada vez más eficientes y con una alta confiabilidad”, asegura Desdier.

Con respecto a las tendencias de conectividad en la Nube para la región, el directivo señala que “vemos cómo cada vez más las empresas, inclusive medianas, migran porciones de sus nubes privadas hacia ambientes de nubes públicas; de este modo, la implantación de arquitecturas basadas en esquemas de Nubes Híbridas, también tendrán un escenario positivo, pues estos esquemas se constituirán como herramientas estratégicas para dar respuesta a una demanda globalizada, caracterizada por requerimientos de entrega local y una capacidad de respuesta casi en tiempo real”.

Brasil, México, Argentina y Colombia son los cuatro países de América Latina que cuentan con los servicios empresariales de Cloud más avanzados y sólidos, mientras que el resto de los países en la región siguen avanzando en ello. Sin embargo, el reto todavía está en vencer la desconfianza que existe para llevar a cabo un uso extensivo de la Nube por el miedo de las empresas con respecto a la integridad de sus datos y los temas de seguridad cibernética.

Las proyecciones en los próximos años

Anualmente, en Latinoamérica, se invierten 28 mil millones de dólares en el sector telecomunicaciones, según cifras de la Asociación Iberoamericana de Centros de Investigación y Empresas de Telecomunicaciones.

Así, la GSMA calcula que de 2014 a 2020, las inversiones para infraestructura del sector de telecomunicaciones en América Latina sumarán 193,000 millones de dólares, principalmente para el despliegue de redes 4G.

De igual manera, el organismo calcula que en el 2020 el crecimiento de los teléfonos inteligentes en la región tendrá un alcance del 68% del total de las líneas móviles, y que las conexiones máquina a máquina pasen de 17 millones a 66.2 millones en el mismo periodo.

Paradójicamente, de acuerdo al Índice de Desarrollo TIC (IDI) publicado por la UIT este año, aún se aprecian grandes contrastes en la evolución que muestran algunos países de Latinoamérica en cuanto a su ranking de los últimos 5 años, como por ejemplo, el caso de Perú que cayó 13 lugares entre el 2010 y el 2015; o el caso de México, que a pesar de haber instituido una amplia reforma a las telecomunicaciones en el 2014, sus efectos aún no se ven reflejados en los indicadores que mide la UIT, perdiendo 10 lugares en el ranking desde el 2010. Pero, por otro lado, tenemos el caso de Costa Rica, país que liberalizó su mercado de servicios móviles a finales del 2011, y que ahora se ha convertido en el país que mayor avance muestra en el IDI a nivel mundial, avanzando 23 lugares en el ranking desde el 2010.

Ante este panorama, el 2016 podría ser el año en el que finalmente se sincronicen las agendas de crecimiento de la industria de las telecomunicaciones, reflejado éste en un mayor uso de las TIC, con la de algunos gobiernos en la región que están haciendo esfuerzos para asegurar una tasa sostenida de crecimiento en la penetración de los servicios de banda ancha. Y de manera particular, en aquellos países donde se están implementando planes para el desarrollo de las TIC en forma balanceada, los cuales se caracterizan por la instrumentación de una regulación que incentiva la competencia y, también, por tener administraciones que plantean políticas públicas propositivas de manera consistente.