Lanzando lanchas rápidas desde los cruceros: La Vía Fintechs

Por: Eugene Danilkis, CEO & Co-Fundador de Mambu

La tecnología digital ha revolucionado a la industria de los servicios financieros. Este cambio está siendo impulsado por nuevos jugadores que poseen características que cada día son más importantes para los consumidores y los inversionistas: la capacidad de ser ágiles y ligeros, proveer la mejor experiencia de uso del mercado y crecer sus operaciones rápidamente.

Las instituciones financieras han reconocido que los sistemas tradicionales y el antiguo modo de hacer negocios ya no es adecuado. McKinsey estima que, si las instituciones financieras tradicionales no evolucionan, corren el riesgo de ver sus ganancias reducidas hasta un 60% en el 2025, lo que debería motivar a estas instituciones a ver más allá de las prácticas tradicionales para generar crecimiento y estabilidad.

Oportunidades de Crecimiento

El crecimiento a largo plazo dependerá de la expansión geográfica, la mejora de la experiencia del usuario y del enfoque en la inclusión financiera y las PYMES. El nivel correcto de servicios ganará a los usuarios digitales nativos y al mercado milenial, los cuales han ignorado bancos tradicionales en la búsqueda de alternativas móviles. El segmento PYME también representa una oportunidad importante. McKinsey ha identificado una oportunidad de $350 billones de dólares en préstamos que podrían ser otorgados a este segmento, el cual ha visto la llegada de nuevos jugadores que están utilizando tecnología digital para navegar este complejo mercado de financiamiento.

Si los bancos y las financieras tradicionales están dispuestas a cambiar paradigmas y tomar un enfoque digital, se podrán beneficiar de nuevas oportunidades generando ventajas competitivas, y la habilidad de navegar un mercado que evoluciona rápidamente.

Lanzando Lanchas Rápidas

El camino más efectivo y simple es construir un nuevo negocio digital que opere como una Fintech. Si pensamos en los bancos tradicionales como cruceros: grandes, caros de operar, con procesos tradicionales y lentos de maniobrar; el nuevo negocio puede verse como una lancha rápida: independiente, efectiva, ágil y ligera. Puede ser lanzada en 12 meses sin estar limitada geográficamente y es capaz de entrar rápidamente a nuevos mercados.

El nuevo negocio tiene que considerarse como una inversión en innovación, creado para satisfacer a un mercado específico y libre de los procesos organizacionales tradicionales. Con esta libertad, el negocio podría dar el salto tecnológico al priorizar API’s y soluciones en la nube y móviles, la cuales darán resultados rápidamente.

Los bancos pueden derivar valor de esta inversión en tecnología al apalancarse en un modelo modular y flexible para mejorar sus operaciones, automatizar procesos y reducir el costo de hacer negocios. De esta forma dejan de enfocarse en sistemas y procesos internos y pueden concentrarse en la entrega de un mejor servicio al cliente  y el crecimiento su negocio.

Nueva Forma de Pensar y Nuevos Procesos

La tecnología, si bien es un diferenciador, es solo una pieza en la maquinaria operativa de una empresa. Una transformación tecnológica completa es solo posible con un cambio en los procesos, y en el modo de pensar de las personas. Esto significa contar con un nuevo grupo de líderes incentivado a impulsar el éxito del nuevo negocio. Estos líderes deberán inculcar una cultura de innovación y cambio continuo desde el principio para asegurarse que el negocio adopte un modo de pensar y operar que no sea detenido por procesos antiguos.

Nueva Visión de Mercado

Los bancos y las financieras tradicionales no pueden seguir moviéndose en la misma dirección si quieren mantenerse relevantes e innovadores. Se necesita una estrategia de innovación a largo plazo, evitando las acciones tácticas con un enfoque a corto plazo. A través de nuevos negocios digitales, los bancos y financieras tradicionales se darán la oportunidad de moverse a la velocidad en la que un start up lo hace. Podrán innovar, explorar nuevas oportunidades de crecimiento y en el proceso, tendrán la oportunidad rediseñar los servicios financieros para el siglo 21.

 

 

 

 

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