Las compañías tecnológicas contra Trump

Un hecho inédito tiene lugar en la historia de los Estados Unidos: por primera vez los gigantes del mundo IT están tomando partido en una elección, no sólo desde lo comunicacional -en casos como Tim Cook, CEO de Apple, que hizo público su apoyo a Hillary Clinton-, sino también desde lo económico, lo que vuelve a este fenómeno aún más contundente. El CEO de Salesforce, el de Apple, el de Google y el de LinkedIn, entre otros, han invertido grandes sumas de dinero en la campaña de la ex primera dama.

¿A qué se debe este apoyo? Hay dos factores importantes a tener en cuenta:

  • La inmigración. La mayor parte de la mano de obra IT está compuesta por los llamados “foreign workers”: latinos y asiáticos que trabajan como desarrolladores en estos grandes centros de producción tecnológicos. Cualquier traba o freno a la inmigración, uno de los grandes ejes de la propuesta electoral de Donald Trump, podría hacer perder a Silicon Valley gran parte de su potencial, en una industria cuyo mayor capital es el talento humano.
  • El explícito boicot de Trump a Apple, por importar gran parte de sus productos desde China.

Las políticas inmigratorias juegan un papel importante en la carrera presidencial de EEUU y han dado lugar a una guerra mediática con miles de contradicciones y criticas de ambas partes.

Las visas H1-B son esenciales para el crecimiento del Silicon Valley. De hecho, personalidades como Mark Zuckerberg han abierto una fundación para mejorar los trámites migratorios y volver más simple la contratación de talento alrededor del mundo, , han empezado

Para entender la relevancia que tiene la inmigración en el desarrollo de SV, puede ser muy útil observar el reporte de Stuart Anderson en donde los números son realmente contundentes.  Los inmigrantes fundaron  más de la mitad de los productos que hoy valen más de 1.000 millones dólares.

El único motivo por el cual ningún otro país pudo, ni puede reproducir este increíble foco global de creatividad e innovación es, justamente, porque no existen otras naciones que hayan invertido en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías como lo hizo Estados Unidos

Si bien las elecciones presidenciales de EEUU pueden observarse como una noticia meramente de política internacional, una victoria de Donald Trump –de cumplir sus dichos- afectaría directamente los negocios de la industria IT latinoamericana.

El caso argentino

El desarrollo tecnológico argentino exporta gran parte de su “código” a EEUU, principalmente. Cualquier medida proteccionista como la que propone Trump podría afectar de forma directa el desarrollo de la industria y el mantenimiento de las exportaciones e ingresos de divisas.

De acuerdo con la Cámara de la Industria Argentina del Software (CESSI -2015), el desarrollo de software a medida explica la mayor parte (62,6%) de los ingresos que genera la industria desde el exterior. Y, según un informe del Observatorio Permanente de la Industria del Software y Servicios Informáticos de la República Argentina  (OPSSI) en el 2014-2015 el 50,5% de esos ingresos provino de EEUU. El caso de FDV Solutions, por ejemplo, evidencia la fuerte apuesta de las empresas argentinas a la exportación de servicios y desarrollos propios:

  • Proyectan exportar 80.000 horas de desarrollo a EEUU en 2016.
  • Tienen actualmente 12 clientes activos en EEUU y unos 50 a lo largo de sus 10 años de historia.
  • El 60% de su facturación corresponde a exportaciones.
  • Proyectan facturar US$ 2 millones a EEUU en 2016.

La elección presidencial de EEUU y su impacto en el Silicon Valley

La discusión sobre el rol del Estado en Silicon Valley (SV) nace casi al mismo tiempo que el valle. Sin ir más lejos, apenas unos años más tarde de la reelección de Barack Obama, Michael Arrington el fundador del famoso Blog TechCrunch, escribió un polémico artículo denominado “Esto es lo que puede hacer el gobierno por SV, dejarlo en paz”, volviendo la polémica, nuevamente al ojo de la tormenta.

El único motivo por el cual ningún otro país pudo, ni puede reproducir este increíble foco global de creatividad e innovación es, justamente, porque no existen otras naciones que hayan invertido en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías como lo hizo Estados Unidos durante las décadas del ´50 y el ´60. Sin ir más lejos, Internet nació de un desarrollo del sistema de defensa.

Según un estudio de Kenneth Flamm, 18 de los 25 desarrollos más importantes de Silicon Valley entre 1950 y 1962 fueron financiados con dinero del Estado y en la mayoría de los casos fue el propio gobierno el principal comprador.

También, las monumentales sumas de dinero estatal a universidades como Berkeley y Stanford, hicieron y hacen posible unir a miles de mentes brillantes de todo el mundo en California.

Pero tal vez lo más importante de todo fueron los principales contratos de empresas como Fairchild Semiconductor e Intel, las empresas que le dieron nombre a Silicon Valley. En sus comienzos, estas compañías se desarrollaron gracias a fondos del gobierno de EEUU dedicados a Defensa. También Oracle sacó su nombre de un proyecto interno de la CIA que fue, casualmente, su primer cliente.

El National Science Foundation Graduate Research Fellowship Program (NSF-GRFP) es un plan del gobierno de EEUU para becar grandes mentes que se están doctorando en todo el mundo. En 2003 eligió a un tal Sergey Brin, que en uno de los pasillos de Stanford se cruzó con el joven Larry y lo demás ya es historia.

Los ejemplos son muchos y, desde Intel hasta Google, la historia se repite. Un Estado profundamente interesado en captar los mejores cerebros y hacerlos trabajar en la búsqueda de las tecnologías claves para el futuro del mundo, desde un punto de vista de negocios y también de defensa y estrategia militar.

 

El presente artículo es una colaboración de Mariano Stampella, Business Developer en FDV Solutions.