Llego el fin del sufrimiento

Por: Jenniffer Maroa, profesora asistente clínica del Departamento de Salud Global de la Universidad de Washington y miembro del Global Future Council on Biotechnology

Para 2030, imagino un mundo libre de formas prevenibles de sufrimiento, especialmente las infligidas por enfermedades infecciosas y no transmisibles. Esto se puede lograr fácilmente mediante la aplicación equitativa de nuevas tecnologías como blockchain, Internet de las cosas e inteligencia artificial (IA), que pueden impulsar el desarrollo de herramientas innovadoras para hacer que la prestación de servicios de salud sea más accesible, asequible y, lo que es más importante, más preciso para toda la humanidad, y particularmente a las personas en países de bajos y medianos ingresos (LMIC).

Por ejemplo, el uso de IA para desarrollar algoritmos que tengan en cuenta la influencia de la diversidad genética y el medio ambiente en las respuestas a los medicamentos contribuiría en gran medida a aumentar los resultados positivos y reducir los efectos adversos de los medicamentos. Mientras tanto, el uso de la tecnología blockchain para rastrear acuerdos de ‘datos abiertos’ beneficiará a las personas o comunidades que participan en estudios de investigación. Por lo tanto, la accesibilidad a productos de atención médica de precisión asequibles e innovadores, como medicamentos, vacunas y pautas de prevención precisas, debería reducir significativamente el nivel de sufrimiento causado por la enfermedad.

Desafortunadamente, las tecnologías descritas anteriormente que podrían acelerar mi visión siguen siendo poco accesibles para los LMIC a pesar de su potencial para acelerar el desarrollo en estas regiones. Los factores que obstaculizan su aceptación son multifacéticos y, en algunos casos, históricos. Necesitamos aumentar la conciencia y el conocimiento sobre estas tecnologías, al tiempo que creamos pautas culturalmente relevantes para guiar su adopción y reducir los costos de implementación. Esto, a su vez, promoverá su adopción y reducirá la probabilidad de cualquier disparidad que pueda generar el acceso desigual a estas tecnologías a nivel mundial.