Medicamentos contra el envejecimiento: ¿cuándo estarán a nuestro alcance?

Desde la antigüedad, el envejecimiento ha sido considerado como algo simplemente inevitable, imparable, algo natural. Durante mucho tiempo la muerte de los mayores se ha atribuido a “causas naturales”, incluso aunque hubieran fallecido por alguna enfermedad patológica reconocida. El escritor médico Galen señaló ya en el siglo II d. C. que el envejecimiento es un proceso natural.

Pero cada vez más científicos han empezado a cuestionar nuestra concepción básica del envejecimiento. ¿Y si pudiéramos desafiar la muerte o incluso evitarla por completo? ¿Y si las enfermedades que nos afectan en la vejez fueran los síntomas, y no las causas? ¿Qué cambiaría si clasificáramos el propio envejecimiento como una enfermedad?

La primera ola de una nueva clase de medicamentos antienvejecimiento ha empezado a probarse en humanos. Pero (de momento) no harán que vivamos más tiempo, su objetivo consiste en tratar enfermedades específicas retrasando o revirtiendo el proceso básico del envejecimiento.

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Se llaman medicamentos senolíticos y funcionan eliminando ciertas células que se acumulan en el organismo a medida que envejecemos. Conocidas como células “senescentes”, pueden crear pequeñas inflamaciones que suprimen los mecanismos normales de reparación celular y crean un ambiente tóxico para las células vecinas.

En pasado junio, Unity Biotechnology, con sede en San Francisco (EE. UU.), presentó los primeros resultados de pacientes con osteoartritis de rodilla en estadio leve a moderado. En la segunda mitad de 2020 se esperan los resultados de un ensayo clínico más amplio. La compañía también está desarrollando medicamentos similares para tratar enfermedades oculares y pulmonares relacionadas con la edad, entre otras.

Los medicamentos senolíticos ya se están probando en humanos, junto con una serie de otros enfoques prometedores centrados en los procesos biológicos que tienen su raíz en el envejecimiento y en diversas enfermedades.

La compañía Alkahest inyecta a los pacientes algunos componentes encontrados en la sangre de personas jóvenes con los que espera detener el deterioro cognitivo y funcional en pacientes con la enfermedad de Alzheimer en estadio leve a moderado. La compañía también haciendo pruebas en humanos con medicamentos para la enfermedad de Parkinson y la demencia. En pasado diciembre, los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Drexel (EE. UU.) incluso intentaron comprobar si una crema con el medicamento inmunosupresor rapamicina era capaz de retrasar el envejecimiento en la piel humana.

Todas estas pruebas reflejan los esfuerzos cada vez mayores de los investigadores para averiguar si las muchas enfermedades asociadas al envejecimiento, como los trastornos cardíacos, la artritis, el cáncer y la demencia, podrían ser hackeadas para retrasar su aparición.

Según los investigadores en 5 años podríamos tener estos medicamentos aprobados.