¿Necesitamos una nueva versión de la realidad? Actualidad y promesas de la realidad aumentada

Por Ignacio Perrone, Gerente de Investigación, Digital Transformation, Frost & Sullivan
@ignacioperrone

Hace algunos años, cuando una mezcla de novedad, fantasía y realidad incipiente estimulaba a mi generación desde las páginas de William Gibson, las películas como Tron o los video clips como Amazing de Aerosmith, la realidad virtual era el máximo sueño. Hoy todavía nos debatimos entre prototipos variados y las advertencias sobre los mareos que todavía causa su uso por períodos relativamente prolongados. Mientras, de manera silenciosa (o no tanto), la realidad aumentada (RA) gana terreno y promete tener el gran impacto a corto plazo que la prima virtual todavía envidia.

La realidad aumentada implica la superposición de elementos virtuales al entorno real, de modo que lo que la persona ve es un entorno que combina contenido de estos dos tipos. Por supuesto, para que esto sea posible hay que mirar la realidad mediante algún “dispositivo”. Pero eso puede ser tan sencillo como apuntar el celular al Obelisco en Buenos Aires, y que en la pantalla aparezca la imagen del monumento junto a datos históricos del mismo. Ese es justamente el atractivo: los smartphones ya están en los bolsillos de todos. Por eso es que ya hay muchos usos para esta tecnología, su adopción sigue creciendo y el futuro cercano genera entusiasmo.

Los ejemplos más conocidos de RA son más bien lúdicos. El máximo –y efímero- exponente es PokemonGo. Pero Snapchat también usa realidad aumentada cuando permite a sus casi 160 millones usuarios crear videos o fotos a los que se agregan elementos virtuales.

Pero hay otras empresas, no necesariamente redes sociales o empresas de raíz tecnológica, que usan realidad aumentada para mejorar sus operaciones o la experiencia de sus clientes. Uno de los mayores operadores logísticos del mundo, DHL, ya hizo pilotos con RA en Holanda, Reino Unido y Estados Unidos. Según Matthias Heutger, líder de innovación en DHL, hay varios casos de uso para la realidad aumentada en conexión con la logística. Lo que está más desarrollado es lo que DHL llama “visionpicking”, que es el uso de lentes inteligentes de RA para dar apoyo en la operación en sus depósitos. Las primeras pruebas mostraron aumentos del 25% en la eficiencia de las operaciones de recolección, además de tener muy buena aceptación entre los empleados. Apuntando a la experiencia de sus clientes, el minorista de muebles IKEA en Estados Unidos o el fabricante de pinturas Akzo Nobel en múltiples países incluyendo Argentina están experimentando con realidad aumentada desde hace algunos años. Los clientes de IKEA, con un catálogo de productos y su celular, pueden ver cómo quedaría un mueble nuevo en sus casas. Algo similar facilita la app de Akzo: Visualizer permite aplicar un color nuevo a las paredes para ver cómo quedarían luego de ser pintadas, o pedir sugerencias de colores que combinen, por ejemplo, con la colcha de la cama. Aquí, la realidad aumentada ayuda a los clientes a tomar decisiones en su proceso de compra.

Un poco más lejos del cliente final, pero en el centro del desarrollo de las tecnologías que luego llegan a nuestras manos, en Qualcomm creen la realidad aumentada es la próxima plataforma móvil. Aunque todavía está en la infancia, su evolución la llevará a ser ubicua y revolucionar la vida cotidiana y los negocios, y los usuarios interactuarán con ella de modo tan natural como hoy sucede con un celular. Sus aplicaciones son múltiples, en un amplio rango que va de los servicios de emergencias como policía o bomberos hasta los servicios de salud, pasando por la educación, las manufacturas, el comercio minorista, el turismo y más. Claro que la infraestructura tecnológica deberá acompañar esta tendencia. Ahí es donde se espera que las redes 5G digan lo suyo en materia de conectividad ubicua y de alta capacidad. También otras tecnologías (como machine learning o cognitive computing) apoyarán a la realidad aumentada desde las sombras, para hacerla más potente. ´

En algún momento la industria se inclinó por pensar a la realidad aumentada como un par de anteojos. Pero alguien pronto se dio cuenta que podíamos tener una primera dosis de esta tecnología simplemente usando el celular que ya teníamos en el bolsillo. Todavía no está claro cuál terminará siendo la encarnación material y concreta más popular de la realidad aumentada del futuro. Lo que es seguro es que muy pronto viviremos una nueva versión de la realidad.