Problemas económicos de Brasil ponen en duda plan Banda Ancha para Todos

La crisis económica de Brasil impuso recortes al presupuesto nacional. El programa para llevar banda ancha con fibra a los municipios requiere inversiones por BRL 50.000 millones, unos US$ 14.300 millones al tipo de cambio actual.

Sin recursos para financiar los BRL 50.000 millones estimados para la principal promesa de campaña de la presidente Dilma Rousseff en el ámbito de la inclusión digital, el Ministerio de Comunicaciones elabora un plan de incentivos para inducir a los operadores a llevar la fibra óptica al 90% de los municipios y el 45% de hogares brasileños a cambio de una reducción de impuestos de hasta BRL 20.000 millones (US$ 5.746 millones).

El proyecto de ley fue originalmente prometido para abril, aunque pasó para después de la definición de los recortes presupuestarios a finales de mayo; hasta ahora no tiene fecha para ser presentado. Los recursos provendrían del Fistel, una de las principales tasas impositivas que se cobran a los operadores.

La idea es hacer subastas inversas donde se toma el crédito fiscal del operador de acuerdo con el beneficio fiscal más bajo. Este valor entonces se deducirá del pago anual del Fistel durante años. El plan se prolongará hasta 2019 y parte de la premisa de que estas subastas tengan lugar en 2015.

La pregunta es cubrir la diferencia en los proyectos que tienen NPV [valor actual neto] negativo. La ventaja es que el crédito fiscal se pagará cuando el trabajo se realiza en dos años. El impacto presupuestario es por lo tanto más adelante.

El secretario de Telecomunicaciones, Maximiliano Martinhão, explicó este martes a los parlamentarios de la Comisión de la Cámara de Ciencia y Tecnología, que la cuestión radica en cubrir la diferencia en los proyectos que tienen un Valor Presente Neto (NPV) negativo. Y la ventaja es que crédito fiscal se pagará cuando el trabajo esté realizado, en dos años. El impacto presupuestario, por lo tanto, es para más adelante.

El proyecto es seductor ya que no prevé desembolsos directos. Sin embargo, implica que el Tesoro nacional renuncie a casi toda la recaudación del Fistel en un futuro próximo. Para comparar, entre 2011 y 2014 se recaudaron BRL 25.000 millones, aunque esta cifra se vio muy influenciada por los recursos de las licitaciones de espectro para 4G.

Si las cuentas no son suficientes para que el equipo económico mantenga la promesa la presidenta Rousseff en el ámbito de la inclusión digital, el Ministerio de Comunicaciones aún trata de desarmar el “fuego amigo” que viene del regulador Anatel: consejeros como Marcelo Bechara y Freitas Igor dudan abiertamente de las metas de llevar fibra al 45% de los hogares con una velocidad media de conexión de 25 Mbps.

El plan privilegia las redes de fibra en grandes centros urbanos y ciudades con más de 100.000 habitantes para así llegar al 45% de los domicilios del país. En paralelo, se instalará un backhaul óptico para llegar al 90% de los municipios; en la actualidad la cifra llega al 47%.