Tres razones para no caer en el «rulo» bancario

Por Rodrigo Martínez Puente, Director de Buendolar

Aunque esta operación parece atractiva en una primera instancia, no es tan sencilla de realizar y presenta riesgos ocultos y costos que terminan ahuyentando a los ahorristas. Te explicamos por qué debes evitarla.

En las últimas semanas, se habló mucho del «rulo» bancario, una nueva modalidad de «bicicleta financiera» con rendimientos de hasta el 7% en apenas unos minutos. Pese a que se trata de una opción tentadora para quienes desean aumentar sus ingresos de forma rápida y simple, presenta desventajas. Aquí te contamos por qué no resulta del todo conveniente optar por una transacción de este tipo.

¿Qué es el «rulo»? 

Bautizado así en la jerga financiera, esta operatoria consiste en comprar dólares en un banco o una entidad financiera al tipo de cambio oficial para luego girarlos a un broker, donde es más barato operar títulos públicos. Así, con esos dólares, se adquiere un bono dolarizado para luego pasarlo a su versión en pesos y venderlo de inmediato, aprovechando que en la conversión existe una diferencia de tipo de cambio que juega a favor del hacedor del «rulo».

De esta manera, antes de que se aplicaran restricciones a este procedimiento, al inversor le quedaba un ahorro en moneda estadounidense más un excedente en pesos. Con esta operación, se podía ganar en pocos minutos hasta un 7 % de lo invertido originalmente.

El «rulo» se basa en la diferencia de precios entre el dólar oficial y el dólar MEP, también conocido como dólar bolsa. Este último rige el precio del dólar para los bonos argentinos que cotizan en el mercado local, pero que se negocian en dólares.

¿Cómo funciona esta operación?

Veamos un ejemplo de cómo funciona esta operación (suponiendo que el tipo de cambio es de $ 60 por dólar):

  • Paso 1: invertís $ 60.000 para obtener u$s 1000 en el banco.
  • Paso 2: con los u$s 1000 en el bolsillo, le pedís a tu corredor que compre bonos Bonar 2024 (los más solicitados en estas transacciones) a un precio aproximado de u$s 45,24 (teniendo en cuenta los últimos valores).
  • Paso 3: solo unos minutos después, la persona vende los bonos y recibe $ 62.344.

Entonces, la medida permite obtener una ganancia de $ 4344, lo que equivale a un retorno del 7,5 % en términos de dólares. La comisión cobrada por el corredor es del 0,26 % del monto total o $ 150 en este ejemplo, por lo que el rendimiento final es del 7,25 %.

Limitaciones 

Hasta mediados de septiembre, esta transacción se podía realizar varias veces hasta llegar a los u$s 10.000 dólares, el límite que fijó el Gobierno para la compra de divisas en el mercado de cambios.

Sin embargo, para frenar este accionar, el Banco Central y la Comisión Nacional de Valores emitieron normativas contra el «rulo»: primero, lo restringieron a una operación por semana y, luego, obligaron a los agentes de liquidación y compensación a contar previamente con una declaración jurada del inversor donde manifieste que los dólares no provienen de una operación de Mercado Único y Libre de Cambios realizada en los últimos cinco días hábiles.

Tres motivos por los que te conviene evitar el “rulo”

Más allá de las limitaciones que se impusieron y de lo tentador de la estrategia, el «rulo» presenta dificultades desde el vamos, por lo que no resulta el mecanismo ideal si se quiere sacar provecho de esta situación. Tres razones por las que desaconsejamos entrar en la operatoria:

  1. En primer lugar, la compra de dólares a precio oficial que tenÉs que hacer para darle inicio a la operatoria no resulta tan sencilla. Muchos bancos solo venden por ventanilla u$s 1000 mensuales por persona. El resto hay que comprarlo por homebanking, por lo que debés tener el dinero bancarizado y en pesos, con los riesgos que eso significa frente a una posible devaluación de la moneda y la consecuente pérdida de poder adquisitivo.
  2. En segundo lugar, la AFIP podría hacer, en un futuro, inspecciones a las personas que realizaron la operatoria para estudiar el origen de los fondos involucrados. De ser así, es muy probable que el dinero comprometido termine pagando el impuesto a la renta financiera por la ganancia obtenida.
  3. Habría que tener muy aceitada la «autopista financiera» para poder meterse en el «rulo». Esto implica tener a disposición una cuenta en una sociedad de Bolsa, comisiones bajas que no licúen la ganancia, reducir los costos de transferencia del dinero de un banco a una sociedad de Bolsa, evitar demoras en las transferencias y otro tipo de comportamientos para salir beneficiado.

Por todo esto, te recomendamos alejarte de la búsqueda de dinero fácil y rápido, ya que se trata de una pérdida de tiempo que quita energía y frustra a quien persigue este objetivo. Los arbitrajes financieros existen y se puede intentar sacar ventaja de ellos si se cuenta con el conocimiento suficiente para hacerlo, aunque generalmente estas oportunidades duran poco y suelen ser explotadas por los traders que conocen las vicisitudes de la operatoria, tienen contactos para realizarla sin sorpresas y saben cómo reducir los riesgos vinculados a ella.