¿Vamos hacia una sociedad sin efectivo?

La tecnología ha revolucionado los medios de pago en los últimos años. De una sociedad en la que el dinero en efectivo era imprescindible para cualquier transacción, los expertos auguran a que estamos evolucionando hacia las llamadas cashless societies, es decir, un mundo en el que el dinero papel tenderá a desaparecer. Según la encuenta realizada por UniversalPay sobre el futuro de los pagos, el 60% de los usuarios ven un futuro próximo en el que no exista el dinero en efectivo.

Mientras tanto, soluciones como el contactless en el móvil, los pagos inmediatos o la biometría comienzan a cobrar peso en nuestro país. La facturación procedente de compras a través del móvil continúa con su tendencia ascendente y ya supone un 33%, según el estudio de medios de pago y fraude online de Adigital. Además, se prevé que 2019 finalice con el doble de usuarios de pagos por móvil, que aumentarán un 48% respecto a hace solo tres años, en 2016.

Por ejemplo en la tienda Nestlé Market de la localidad barcelonesa de Esplugues de Llobregat, es posible el pago con reconocimiento facial. El proyecto se ha desarrollado conjuntamente entre CaixaBank, Nestlé España y el equipo del Payment Innovation Hub, una alianza multisectorial formada por CaixaBank, Global Payments Inc., Visa, Samsung y Arval.

A modo de prueba, Payment Innovation Hub lanzó al mercado en septiembre una solución de pago biométrico en la cadena de restauración Viena en Barcelona, mientras que en octubre, probaron esta tecnología en la EMT de Madrid con cien personas con un sistema de reconocimiento facial para validar el billete de autobús.

No todos están de acuerdo

Más allá de la reticencia de algunas sociedades a olvidar los billetes y las monedas, pagar en efectivo sigue siendo el método más eficiente en términos de coste y rapidez cuando se acude a un comercio físico. Además, el efectivo sigue dotando a los ahorradores de un activo para diversificar su riqueza líquida y no depender de un intermediario.

En cuanto a la eficiencia de costes y velocidad, según publica el Bundesbank (banco central de Alemania), los pagos en efectivo hasta 50 euros son más rápidos y baratos que los que se realizan con tarjeta PIN o con firma. El estudio realizado por Johannes Beermann, miembro de la junta ejecutiva del Bundesbank, con la ayuda del EHI Retail Institute, llega a la conclusión de que “todavía es el método más rápido y efectivo en términos de costes para los pagos en un punto de venta”.

El trabajo muestra que los pagos con efectivo llevan unos 22 segundos, frente a los 29 segundos de las transacciones con tarjeta PIN y los 38 segundos de los que requieren firma. No obstante, la duración del pago depende del precio de la compra. Hasta los 100 euros, el efectivo sigue siendo la forma más rápida, pero por encima de esa cantidad el pago con tarjeta adelanta a los billetes y monedas.

El efectivo es también más ‘barato’, en cuanto a costes de gestión y transacciones se refiere. Hasta 50 euros, el coste medio del pago en efectivo es de 24 céntimos, comparado con los 34 céntimos de una tarjeta de débito, los 97 céntimos de una tarjeta de crédito con PIN y los 1,04 euros de coste que supone el pago con una tarjeta de crédito con firma. El Bundesbank aclara que dentro de estos costes se incluyen el tiempo de trabajo en el punto de venta, el coste de transportar el efectivo y las primas de los seguros que cubren los incumplimientos de pagos con tarjeta.

Sin embargo, el propio trabajo reconoce que la imposición de los pagos contacless sin autorización (el pago que se realiza acercando la tarjeta al datáfono y que no necesita firma ni PIN) podría cambiar los resultados del análisis. Este método es el más rápido de todos, aunque su coste seguiría superando al uso de efectivo.

“Si el efectivo acaba desapareciendo, todo el mundo deberá tener una cuenta bancaria y una tarjeta de crédito o de débito. Todo estará sujeto a las decisiones de las entidades privadas y, si estas deciden poner más comisiones o cerrar el grifo para ciertas personas, la situación puede ser crítica”, advierte August Corrons, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC.

“Los medios de pago son uno de los factores más estratégicos del comercio electrónico. Según los datos de Baymard Institute, en todo el mundo, las tasas de abandono del carrito de la compra rozan a día de hoy el 70%. Los problemas o dificultades a la hora de realizar el pago son una de las principales razones de esos frenos en el proceso de compra. Teniendo en cuenta que una mala experiencia de pago puede llegar a reducir los ingresos de las empresas entre un 10% y un 15%, es totalmente necesario mantener el foco en los medios de pago como elemento clave de un negocio digital”, explica José Luis Zimmermann, director general de Adigital.

¿Y las tiendas físicas qué?

En el caso de las tiendas físicas, adaptarse a las nuevas formas de pago que demandan los usuarios se proclama como una fórmula imprescindible para no ahuyentar a la clientela. “Con la máxima presente entre los comercios de que el consumidor es el rey y la experiencia de usuario es fundamental para fidelizar al cliente, casi la totalidad de la empresas, el 95%, permiten el pago con plástico; de ellas, conocen y aceptan el contactless en el 78% de los casos, siendo este tipo de transacciones, además, el servicio más valorado como valor añadido en el TPV, en concreto, en un 64% de los negocios, justo el doble que el siguiente más valorado, el pago móvil”, según la encuesta sobre el futuro de los pagos de UniversalPay.

Parece evidente que si la seguridad se impone y los mecanismos ganan en eficiencia, los pagos con dinero electrónico pueden imponerse con rotundidad. Sin embargo, esto no tiene por qué acabar con la vida del efectivo, cuyo uso como ‘activo’ para acumular riqueza permite a los agentes una mayor diversificación. Además, en el caso de Europa, instituciones públicas de países con mucho peso como Alemania o Países Bajos defienden a ultranza el dinero en efectivo.